martes, 8 de octubre de 2013

DIALOGO ENTRE ATAHUALPA Y FERNANDO VII EN LOS CAMPOS ELISEOS – Parte 1




En cosa de trescientos años que las delicias disfruto de estos Campos Elíseos, nunca deja la memoria de mis trágicos sucesos de atormentarme algún tanto. Mas hacia mí se encamina un hombre que según signos parece ser español, y quiero, por si llega recién, llamarlo por preguntarle lo que en mi tierra pasa.

-Hombre, cualquiera que seáis, dime quién eres.
F. - Fernando soy de Barbón, séptimo de aqueste nombre, de todos los soberanos el más triste y desgraciado.
I. - ¿Y por qué desgraciado?

F. - Porque apenas por mis pueblos fui monarca proclamado de la España y de las Indias, cuando el más infame, el más vil de todos los hombres vivientes, es decir, el ambicioso Napoleón, el usurpador Bonaparte, con engaños me arrancó del dulce seno y regazo de mi patria y de mi Reino, e imputándome delitos todos falsos y ficticios, prisionero me condujo hasta el centro de la Francia. Allí permanecí hasta que supe un día que mi España, vencida ya y derrotada por las fuertes, formidables y casi insuperables legiones de la Francia, mi enemiga, estaba por rendirse, y piadoso mi dolor, una vida me quitó tan penosa y tan amarga. Cerré, pues, los ojos al mundo, con sólo el corto consuelo de que los ingleses, alemanes y el mundo todo, quietan obligar a aquel monstruo a desistir de sus proyectos y restituir a mi casa la usurpada e inicua posesión que ahora tiene en la península.
I. - Tus desdichas, tierno joven, me lastiman, tanto más cuanto por propia experiencia sé que es inmenso e! dolor que padece quien, cual yo, se ve injustamente privado de un cetro y de una corona.

F. - ¿Y pues quién a ti también te arrebató como a mí tu corona?, ¿la ambición?
I. - El miserable Atahualpa, el infeliz soberano del Imperio del Perú, Fernando, a tu lado está. Pues que de injusta e inicua la conquista habéis notado de España por Bonaparte, ni te sientas ni te admires que de usurpada y furtiva igualmente yo gradúe la dominación que ha tenido en América el español,

F. - Aunque conocerte, Inca, me letifica y me place, no sé con qué fundamento a decirme te avanzas que si e! injusto Bonaparte mi península domina, en América hace sin duda otro tanto el español.

I. - ¿No es cierto, di, Ferdinando, que siendo la base y único firme sustentáculo de una legión y bien fundada soberanía, la libre, espontánea y deliberada voluntad de los pueblos en la cesión de sus derechos, el que, atropellado este sagrado principio, consiguiese subyugar una nación y ascender al trono sin haber subido por este sagrado escalón, será en vez de Rey un tirano a quien las naciones darán siempre e! epíteto y renombre de usurpador? Sin duda que confesarlo debes porque es el poderoso comprobante de la notoria injusticia del Emperador de los franceses ..

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