Teresita del Barco o Telésfora Santillán vivió en la segunda
mitad del siglo XIX en la provincia de Santiago del Estero. Una de las
versiones acerca de quién era y que hizo esta mujer sostiene que era hija de
Don Pedro del Barco y María Rosa Gómez, tenía el cabello negro y los ojos
azules y que pasó su infancia en la estancia "La Aurora", al pie de
las sierras de Guasayán, criándose rodeada de belleza, sensibilidad y música.
La familia se traslada a una casona que tenía en la ciudad
de Santiago del Estero para que Teresita recibiera la educación
correspondiente. A medida que pasaba el tiempo se convertía en una hermosa
mujer. Su padre, acosado por sus adversarios políticos, decide abandonar la
ciudad y volver a la estancia.
En su pago natal, aprendió todo lo que se refiere a la vida
de campo: los arrieros le enseñaron acerca de la fauna y la flora de la región
y las virtudes de las plantas medicinales. Al llegar la edad de casarse sus
padres deciden volver a Santiago a relacionarse con la sociedad. Viajan ellos
primero y, al llegar encuentran que el cólera estaba asolando la ciudad, deben
cumplir con la cuarentena obligatoria antes de salir de ella pero son víctimas
de la peste.
El dolor y la tristeza hacen que Teresita no pueda vivir más
en la estancia y se muda a un vallecito cercano a Santiago. Allí aparece el
amor en su vida, un estanciero llamado Eumelio Ahumada. Pero llegan los
carnavales y en un baile otro joven saca a bailar a Teresita. Después del baile
circularon los comentarios, y el otro joven hostigaba constantemente a Eumelio,
quien para defender su amor plantea un duelo en tres instancias: duelo de
payadas, duelo de malambo y duelo criollo, a cuchillo. Pasadas las dos primeras
instancias sin decidirse hacia uno u otro, en el enfrentamiento a cuchillo
mueren los dos.
Al enterarse Teresita huyó, hasta que se instala en una
choza cerca de La Banda, y comienza a ayudar a los necesitados. Preparaba
tisanas y pociones curativas para los enfermos. Su fama de Santa y curandera se
fue extendiendo. Un día desapareció. La leyenda dice que murió quemada.
Otra versión de la historia cuenta que era una joven
inocente que erraba por los montes. Oraba a Dios, asistía a fiestas, velorios y
bailes apareciendo y desapareciendo de improviso. Coincide en que murió
carbonizada.
El culto
No hay un lugar fijo para los peregrinajes ya que, como
murió quemada, no hay tumba que conserve sus restos. El ritual que debe cumplir
un promesante es el siguiente:
* se envía una invitación especial a la mayor cantidad de
personas conocidas del promesante, con un ruego de asistencia para el
destinatario del favor de la Santa.
* debe preparar con anticipación una masa de harina de trigo
con la que debe modelar un angelote y cocinarlo en el horno de su casa hasta
que se dore.
* debe colocar una mesa en el centro del patio de su casa,
cubrirla con manteles blancos y depositar el muñeco que representa el espíritu
de la Telesita.
* este altar debe rodearse de velas y flores.
* se invita a músicos para que toquen con los instrumentos
típicos de la región, especialmente chacareras.
* debe contarse con abundante bebida: tradicionalmente la
aloja, y últimamente caña y aguardiente hervida con poleo.
* tener una auténtica devoción y honesta intención de
cumplir la promesa que se concretará con música, baile y bebidas.
Estas reuniones se llaman Telesiadas y se inician
bailando una chacarera. A cada vuelta el bailarín debe beber una copa. Cuando
el promesante cae rendido de baile y alcohol, se considera que el ritual está
cumplido. Se apagan las velas y una joven, elegida de antemano por el
promesante, toma el angelote y lo desmigaja repartiéndolo entre los
concurrentes junto con un trago de alcohol. En otras Telesiadas, el muñeco
se hace de papel o trapo y se quema al final de la fiesta para rememorar el
trágico destino de Telesita.
Proyección Artística
Está presente en la poesía, en el teatro (Clementina Quenel
hizo una obra con su historia) y Andrés Chazarreta y Agustín Carbajal le
dedicaron una chacarera; Gabino Cora Peñaloza y Manuel Gómez Carrillo
escribieron un estilo, existe un romance llamado "La Telesita" de
León Benarós y hay además algunos poemas anónimos.
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