miércoles, 2 de mayo de 2012

EL HUNDIMIENTO DEL BELGRANO - 2 de mayo de 1982 - parte 3

La situación pedía a gritos otra explicación.

En la tercera versión aparecerá un elemento novedoso. Según se dice ahora, en el lado de la Zona de Exclusión mas próximo a donde navegaba el Belgrano, hay carteada un área con aguas poco profundas. El Banco Burwood. El ataque entonces se había precipitado porque el submarino habría podido perder al barco argentino si se internaba en el mismo. Era cierto que el Belgrano se estaba alejando de la fuerza de tareas y también que el submarino llevaba siguiéndolo por mas de un día, pero había surgido esta urgencia para el ataque en función de que era posible que el Belgrano se fugase a través del Banco Burwood y se dirigiera libremente a través de la zona de exclusión a atacar a la flota inglesa.

Esta explicación también fue cediendo con el tiempo. Para comenzar, ya de partida, cuando se tuvo en claro el curso del Belgrano y lo sostenido del mismo, precisamente el aspecto principal que la explicación tendía a resolver, se notó que el Belgrano no iba en dirección al Banco en cuestión. Luego, en ningún momento estuvo claro porque no habría podido el submarino atacar al Belgrano recién en caso de que el mismo comenzara a navegar hacia ese sitio y aun dentro del mismo.
Por último esta versión colapsa cuando se sabe que el Belgrano ha seguido para retroceder una ruta no muy lejana a la que siguió para avanzar, con lo cual resulta inexplicable que una situación que convierte al barco en peligroso al atravesar un punto determinado, yendo en dirección contraria a la de las naves británicas, no existía cuando el barco atravesó el mismo punto con proa hacia las mismas. Cuando pasado el tiempo la bitácora del submarino nos permitiera saber que el Banco en cuestión no era precisamente el motivo de desvelo a bordo, no hubo sorpresas.
Pero ahora, lo que comienza a llamar la atención es lo vinculado al tratamiento de la información sobre el cambio de rumbo del Belgrano.
La nave argentina había tomado una dirección contraria a la zona del conflicto, ocho horas antes de ser hundida.
En determinado momento, comienza a estar fuera de discusión que el submarino había dado esa información a su base no menos de cuatro horas antes del ataque. Descifrar el mensaje en Northfolk llevó un par de minutos. ¿Y después? ¿Qué se hizo con esa información relativa a una nave que supuestamente representaba un peligro inminente? Aparentemente no se la considera digna de urgente mención, ni para el Gabinete de Guerra, ni tan siquiera para el almirante Lewin, a la sazón jefe supremo de las operaciones en el Atlántico Sur. Algo no encajaba. A pesar de que sus elementos principales han caído hay algo en las versiones que relatamos hasta aquí, que subsiste. Algo que parecía estar fuera de discusión. Esto es que hubo una orden, que partió de los máximos niveles del gobierno británico que decía: hundan al Belgrano.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario