domingo, 22 de abril de 2012

La tragedia de Luan Lauquen - parte 4


Entre tanto, se informó por telegrama a Buenos Aires de la lucha que se estaba librando y también se anotició de los sucesos a Lucinda, la esposa de Mc Clymont, quien le rogó al presidente Roca que hiciera todo lo posible para ayudar a su marido y a su gente. Al estar, en aquel tiempo, la mayoría de los puestos militares de frontera fuera del alcance del telégrafo, se despacharon mensajeros que llegaron el 24 de abril, cuatro días después de papelea, a los fuertes Coronel Campos y General Acha, con las órdenes de actuar.
Se envió al mayor Méndez con 50 hombres del Primer Regimiento al lugar de la lucha, mientras, por otra parte, se le ordenó al mayor Alba ir con otros 50 soldados del Primer Batallón hacia el oeste, para cortar la retirada de los indios. Cuando el mayor Méndez llega a Luan Lauquen, se encontró con que el comisario Sustaita había llegado, el 23 de abril, demasiado tarde para el rescate.
William Mc Clymont, Alexander Mc Phail, Andrew Purvis y cuatro peones habían sido muertos en manos de los indios. Mc Clymont tenía seis terribles heridas de lanza; Purvis tenía una bala en el hombro derecho y luego había recibido muerte con las lanzas. La policía los enterró a todos en el lugar y regresó a Trenque Lauquen.
Aparentemente los indios se habían retirado hacia las colinas conocidas como de Pincén, en recuerdo del cacique de ese nombre, llevándose con ellos 100 caballos de Mc Clymont. Fueron perseguidos por el mayor Alba y por 10 hombres del Primer Regimiento, bajo las órdenes del alférez Lucero, que estaba de regreso hacia el este de Victorica. La tropa alcanzó a los indios en su huida y, en esa oportunidad, se veían sobrepasados en número. Hubo una serie de encuentros, durante los cuales muchos de los indios fueron muertos.
El cuñado de William Mc Claymont, Alexander Miller, y el hermano de Andrew Purvis, salieron hacia el oeste a recobrar los cadáveres. Mc Clymont fue fácilmente identificado por el oro con que tenía arreglado sus dientes. Sus restos, juntamente con los de Purvis y Mc Phail fueron trasladados a Buenos Aires y se les dio de nuevo sepultura en una gran ceremonia que tuvo lugar el 20 de mayo en el viejo Cementerio Británico de la calle de la Victoria.

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