domingo, 22 de abril de 2012

La tragedia de Luan Lauquen - parte 5

El acta de defunción señala lacónicamente: “causa de muerte: matado por los indios”. La lápida de William Mc Clymont, ahora en el Cementerio de la Chacarita, tiene el siguiente epitafio: “In Memoriam del Sr. Mc Clymont. Murió el 20 de abril de 1883, a la edad de 48 años. Las almas de los justos están en las manos de Dios, en ellas el mal no les tocará” (traducido del inglés); la de Mc Phail es más explícita: “Consagrado en memoria de Alejandro Mc Phail, oriundo de Mull Agyleshire, Scotland, que fue muerto por los indios en Luan Lauquen, el 20 de abril de 1883, a la edad de 40 años”. Se agregó “… No tengáis miedo, Soy yo (también traducido del inglés).

¿Fueron realmente los indios los que los mataron? Había quienes tenían dudas sobre esta cuestión y conviene recordar que inmediatamente después de la tragedia, corrieron rumores que los asesinos de Mc Clymont y sus hombres no fueron los indios sino forajidos o “gauchos malos”.

Se ha señalado que grupos numerosos de indios no podían haber sobrevivido luego de las campañas al desierto. En contra de esa sospecha se erigen los telegramas oficiales de las autoridades policiales y militares que siempre señalan a los indios como autores de los asesinatos y que, por cierto, no beneficiaba a un gobierno sumido en tantos problemas. Por otra parte, los líderes de las pandillas indias se identificaron como capitanejos Brejo, Peines, Grandicuin y Nelipan.

No hay testimonios de que esos indios vivieran en el área, sino más bien debe suponerse que estuviesen cruzando el desierto provenientes de las estribaciones de los Andes o aun de Chile. Otras redadas de indios fueron citadas en 1883 y existe un informe excelente realizado por un viajero norteamericano llamado Newbery, titulado “Pampas Grass” y editado por Guarania en 1953.

Hubiera sido o no responsabilidad de los indios, la batalla de Luan Lauquen fue sin duda la última y mayor de las ocurridas en el oeste de la Argentina y determinó que las autoridades incrementasen la actividad militar y extendiesen la red telegráfica. Poco después el ferrocarril alcanzó el “lejano oeste”, y el territorio quedó totalmente poblado. En ese sentido, la tragedia de Luan Lauquen sirvió a otro propósito.

En noviembre de 1981, la ciudad de Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa, perpetuó la memoria del incidente con la designación de una de sus calles con el nombre de Guillermo Mc Clymont.


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