lunes, 10 de octubre de 2011

La chacra de la familia Ramos Mexía – parte 2


Contaba con diversas arboledas y potreros cercados con tapias de tierra revestidas por ambos lados con tunas de penca, en el interior del establecimiento, las que deben haber originado el nombre posterior de la chacra "Los Tapiales". También incluía un amplio caserón situado frente a lo que hoy es la autopista a Ezeiza, a mil metros hacia el sudoeste de la Capital Federal. Avanzando en la cronología de los hechos comentemos que la citada casona fue declarada monumento histórico en el año 1942 y que en el año 1968, siendo su propietario un descendiente de los Ramos Mexía, D. Agustín I. de Elía, Comisionado de la Municipalidad de la Matanza en 1931 e Intendente en 1941, se declaró al predio de utilidad pública y fue expropiado para levantar en la zona el Mercado Central de Buenos Aires. Dentro de los límites de éste se conserva hoy el caserón de la chacra, bajo la tutela de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos.

Cuando en 1808 los Ramos Mexía tomaron posesión de la chacra no se conocía aún el alambrado de los campos, por lo que el perímetro de aquella estaba marcado con ciento cuarenta grandes mojones de piedra. Es recién en 1845 que se instaló por primera vez en el país un cerco de alambre, y a partir de la encendida campaña de Sarmiento, instando a los hacendados rutinarios y retrógrados con su frase "¡Cerquen, no sean bárbaros!", se difundió por toda la zona rural el uso del alambrado. Los que más sufrieron por su implantación fueron los gauchos, que se vieron cercados y limitados en su libertad de desplazamiento nómade, al punto que en algunos casos arremetían cortando los alambres con un golpe de su largo y pesado facón.

Por lo demás, en los extensos campos de la chacra ya se habían extinguido los caballos baguales y las vaquerías (ganado mostrenco e indómito), descendientes por multiplicación de los primeros yeguarizos y vacunos abandonados en la pampa por los primeros conquistadores españoles. Don Francisco Ramos Mexía se ocupó de acrecentar la explotación racional de la ganadería y registró una marca para su hacienda.
En la zona y desde las últimas décadas el indio había dejado de incursionar. Pero se recordaba que en 1740 (Acta del Cabildo del 24 de noviembre de 1740) los pampas habían llegado muy cerca de Buenos Aires, enfrentando a unos vecinos a siete leguas de la misma, en el pago de La Matanza.

La parte de la chacra que hoy es jurisdicción de la ciudad de Ramos Mejía estaba atravesada por el Camino Real, que llevaba a la Guardia de Luján. Las carretas, las tropas y más tarde las diligencias que se trasladaban al territorio puntano o a Córdoba, y de allí al Pacífico o al Perú, debían necesariamente transitarlo, por ser el único camino existente. Luego se convertiría en la Avenida Rivadavia.

A principios del siglo pasado el Camino Real no era más que un derrotero en el desierto, con algunas postas y muy escasas poblaciones a su vera, formado por las huellas de las caballadas y las carretas. Evoquemos el paraje de la chacra "Los Tapiales" que ahora constituye el centro de la ciudad de Ramos Mejía, en momentos en que una nutrida tropa de carretas de paso para Cuyo hacía allí el obligado alto de la marcha para la comida. La caravana integrada por varias decenas de vehículos se detenía a un costado del Camino Real, en medio de la llanura y sin otra compañía que las aves y algunos perros cimarrones.

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