miércoles, 29 de junio de 2011

Fusilamiento de Domingo Cullen - parte 1


El 6 de junio de 1837 es asesinado en Chile el ministro de relaciones exteriores y administrador de la república, Diego Portales, por jefes del ejército chileno entendidos con el mariscal Andrés Santa Cruz; pero la guerra que Chile ya le ha declarado el 11 de noviembre de 1836, va a comenzar. La Argentina cuenta con setecientos mil habitantes, Bolivia con un millón y medio y Perú con igual cantidad.

El gobernador de Salta, Felipe Heredia, hermano de Alejandro, escribía en la circular del 21 de octubre de 1836 al pueblo salteño: “El gobierno de Bolivia ha trabajado… durante tres años, halagando la idea ilusoria de que algunas provincias argentinas (Salta, Jujuy, Catamarca y Tucumán) se agregasen voluntariamente a sus estados; (pero)… el noble orgullo de los verdaderos argentinos los haría elegir en cualquier circunstancia la muerte antes de humillarse (ante Santa Cruz), el Tirano más ambicioso que ha podido ver el suelo americano”.


En 1834 Diego Portales había dado a conocer al gobierno argentino las proposiciones de los unitarios de Mendoza que ofrecían reincorporar la región de Cuyo a Chile si los ayudaba a sacudir el dominio federal.

Estanislao López, “la más fuerte columna federal”, murió cristianamente el 15 de junio de 1838. Domingo Cullen, su ministro, fue elegido gobernador el 28 de junio; pero Rosas, de acuerdo con Pablo Echagüe, gobernador de Entre Ríos, no lo reconoce, y es derrocado. Cullen huye a Santiago del Estero y se refugia en casa del gobernador Ibarra.
En Santa Fe será gobernador, Juan Pablo López, apodado “Mascarilla”, hermano de Estanislao. Al pedirle Mascarilla un secretario, Rosas le contesta el 2 de noviembre de 1838: “Expídase interinamente con cualquier paisano que sea federal a prueba, honrado, y que no pertenezca al forajido Cullen… seguro que no errará tanto Usted, como erraría si se expidiese con un sospechoso, aunque fuera un sabio, porque estos son los que más yerran”.

El 24 de enero de 1839 Fructuoso Rivera le escribía a Cullen: “Importa que Usted se ponga ya de acuerdo con los gobiernos de todas las provincias argentinas que estén dispuestas a sacudir el yugo de fierro que les ha impuesto un tirano astuto y falaz”. Y en otra por el estilo: “Supongo que Usted habrá recibido mis anteriores, que le remitió nuestro común amigo don Blas Despouys, (francés complicado en la conjura, y cuñado de Cullen) y que, a más, Usted habrá tenido noticias mías por el gobernador de Corrientes (Genaro Berón de Astrada)”.

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