domingo, 29 de mayo de 2011

Juana de Arco – parte 2


Juana de Arco comanda los ejércitos franceses

Juana de Arco actuó en consecuencia de las voces que oía en su cabeza al tratar de unirse al ejército por medio de Baudricourt, quien la rechazó creyendo que se trataba de algún juego sin importancia. Posteriormente, cuando la situación francesa se agravó con el asedio de Orleans, el delfín fue obligado a refugiarse en Chinón; Juana de Arco pidió por segunda ocasión a Boudricourt que la llevara con el delfín: "Mi Señor, a quien pertenece el reino de Francia, me ha ordenado que llegue hasta el Delfín para que lo haga consagrar y ser rey, a despecho de sus enemigos." Así, Juana de Arco pudo entrevistarse con el delfín, a quien reveló su divina tarea, no sin suficientes pruebas que respaldaran el origen divino de sus actos, como el de salir airosa en un engaño al hacer pasar a otro por el Delfín o hacerla examinar por varios teólogos que pusieran a prueba sus convicciones.

Habiendo superado todas las pruebas y con Francia en una situación desesperada, el Delfín decide confiar en Juana de Arco y le otorga el comando de un ejército de 5,000 hombres con el cuál logra poner fin al asedio de Orleans y empujar a los ingleses al Norte, al tiempo que su fama y prestigio aumenta despertando verdadera devoción entre la población francesa, quien ya la ven como salvadora. Juana de Arco siempre combatía en primera línea y sufrió varias heridas durante sus batallas; además, sólo partaba un estandarte con la imagen de Jesús y María.

Después del éxito de Orléans, Juana de Arco quiso coronar inmediatamente al Delfín en Reims, sin embargo, esto se demoró por mérito de sus consejeros. Sólo cuando Juana de Arco obtuvo un éxito decisivo contra Talbot -uno de los comandantes ingleses más notorios- en Patay, el Delfín sería conducido a Reims y coronado como rey de Francia en la catedral.

Se dice que luego de esto, Juana de Arco quiso retirarse pues su misión estaba cumplida; sin embargo el fervor popular la hicieron seguir adelante en ofensivas cuyo resultado fue desastrozo debido al pobre apoyo prestado por el Delfín, quien era aconsejado contra Juana de Arco por figuras cercanas a él que la envidiaba y temían que su figura llegara a tener demasiado poder e influencia. Por un lado el ataque a París fue llevado a cabo sin el soporte de suficientes fuerzas armadas. Poco después vendría el ataque que marcaría el inicio del fín para Juana de Arco.

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