domingo, 29 de mayo de 2011

Juana de Arco – parte 1



Juana de arco se encuentra en el selecto grupo de personajes que en sus épocas salvaron a su nación de una conquista inminente. Sin embargo, el caso de Juana de Arco es todavía más sorprendente debido a las condiciones en que se dio su lucha contra las fuerzas invasoras inglesas: era mujer en una estructura militar dominada por hombres, la corta edad a la que se unió al ejército, el motivo por el cuál se le fue dado el mando del ejército fue de carácter milagroso; aludiendo a su designación divina como defensora de Francia cuya misión era coronar al rey Carlos "El Delfín" en Reims y su trágico final como mártir a manos de los ingleses.

Juana de Arco y la guerra de los cien años

Juana de Arco nació en medio de un conflicto armado entre Francia e Inglaterra conocido como guerra de los cien años, que en realidad duró 116. El conflicto se había originado por un desacuerdo de sucesión donde el rey inglés Eduardo III (de los Plantagenet) pretendía ocupar el trono francés alegando que su madre Isabel de Francia era hermana del último rey francés (de los Capetos) Carlos IV, quien murió en 1328 sin descendientes aspirantes a la corona; los franceses por otro lado argumentaban que la corona no podía heredarse por línea femenina y cedieron el trono a Felipe VI, primo del fallecido rey. Más aún, existía un interés más profundo en los feudos que Inglaterra mantenía en Francia, donde poco a poco la influencia inglesa mengüaba cada vez más.

Juventud de Juana de Arco

Juana de Arco nació en Domremy, un poblado humilde al este de Francia en una familia campesina acomodada, aproximadamente en el año 1412. El nombre de su padre era Jaime de Arco; su hija Juana de Arco creció en el campo y no sabía leer ni escribir; sin embargo recibió de su madre una instrucción religiosa que le permitió desarrollar su fé en el cristianismo. Se dice que durante este período Juana de Arco era apreciada por la comunidad por ser una niña muy devota y amable, quien se confesaba cada que podía y cuya meta era no cometer ningún pecado.

Las voces de Juana de Arco

A los 13 años, Juana de Arco comenzó a escuchar voces en su cabeza que al principio ignoró pero que tiempo después se volvieron cada vez más insistentes hasta el punto de hacerla tomar acción en consecuencia de ellas. Se dice que al principio las voces la incitaban a ser buena y llevar una vida devota y piadosa, y con el tiempo también le dictaron que su misión era comandar al ejército Francés en batalla, ayudar a Carlos VI "El delfín" a coronarse en Reims, y expulsar a los ingleses de territorio francés. Las voces de Juana de Arco a menudo se complementaban con visiones del arcángel Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita, a quienes se les atribuyen.

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