martes, 13 de julio de 2010

La Cárcel de Ushuaia - parte 4

¿ESTUVIERON REALMENTE ALLÍ?

La leyenda acompañó al célebre presidio. Así como podemos dar fe que en él purgaron la condena que impuso la justicia a sujetos que se hicieron tristemente famosos por haber cometido delitos, porque existen constancias documentales que lo acreditan, no se ha encontrado prueba alguna que permita afirmar que, según versiones, ciertos personajes por todos conocidos hayan padecido las soledades de aquellos inhóspitos parajes. Carlos Gardel, según una de esas versiones, estuvo allí en plena adolescencia por habérsele aplicado la Ley 3335 que penaba a los reincidentes.
La única constancia al respecto arroja muchas dudas: la firma que habría estampado en una postal en la que se lee “C. Gardel”, cuando todavía firmaba Carlos Gardes También corre la versión de que Josip Broz estuvo algunos años en el austral presidio cuando era un joven inmigrante serbio que, según viejos vecinos del Dock Sud, habría habitado en ese lugar, y que fuera condenado por sus actividades anarco-sindicalistas. Naturalmente, cierto o no, ello habría tenido lugar mucho antes de convertirse en el Mariscal Tito.

Asimismo, Luis Angel Firpo, de acuerdo con otra versión, habría purgado allí una corta condena por un acto ilícito cometido en la tramitación de una compra de tierras. Leyenda o realidad? Han desaparecido los archivos que podían iluminar las tinieblas de años y años que transcurrieron desde la creación de aquel reducto del dolor y la fecha en que dejó de serlo.

EVASIONES FRUSTRADAS

Hubo varios intentos de fuga por parte de los presidiarios que no tuvieron el éxito que esperaban. El más resonante fue el protagonizado por Simón Radowitzky. “Lo hizo apoyado desde Punta Arenas, donde otros anarquistas arribados de Buenos Aires, contratan los servicios de Pascualín.

Rispoli, también conocido como el último pirata del Beagle por sus oscuras navegaciones llevando alcohol o cueros de lobos marinos de un lado al otro de la frontera. Con la goleta Sokolo fondearon en Puerto Golondrina, al oeste de la ciudad de Ushuaia (4-11-1918). El 7 del mismo mes Radowitsky deja el penal vestido de guardia cárcel, llega hasta el punto convenido y se embarca, de inmediato parten hacia Punta Arenas. Mientras tanto, en el penal, a las 9:22 se nota su ausencia y comienza la persecución desde Ushuaia y desde Chile. La marina de este último país lo recaptura en Aguas Frías, a 12 kilómetros de Punta Arenas: fueron sólo 23 días de libertad.

De regreso al primero se le aplicó un largo castigo de reclusión en su celda y media ración En el libro Confesiones de un comisario, el policía retirado Plácido Donato narra el intento de fuga del criminal Bruno Debella, alias Facciabrutta, que purgaba una condena en el presidio de Ushuaia por asesinatos, asalto a mano armada y otros delitos. “Su influencia —dice— hizo nacer una sublevación. Fabricó una bomba de treinta kilos, introdujo armas en el pabellón número uno y la madrugada del 7 de septiembre de 1934 capitaneó una fuga en masa de los presidiarios.

Cuando ya estaban frente a las puertas mismas del penal, el teniente primero Damián Pereyra al mando de un pelotón de soldados los detuvo con las bocas silenciosas y amenazantes de sus fusiles Mauser. Facciabruta se encogió de hombros: "Está bien, ganaron" —dijo cansadamente mientras tiraba su pistola de 22 tiros. Había perdido otra vez .

Hubo otros intentos que también fracasaron. Pueden afirmarse que los reclusos tenían sólo tres formas de liberación de ese lugar: por cumplimiento de condena, por indulto o por fallecimiento. En las dos primeras salían caminando, en la última en ataúd.

Todo Es Historia Nro. 396 Nota de Gerardo Bra
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