martes, 13 de julio de 2010

La Cárcel de Ushuaia - parte 5

EL CIERRE DEL PENAL

El 21 de marzo de 1947 es la fecha del decreto firmado por el presidente Juan Domingo Perón, que dispone el cierre del temido presidio.”Ushuaia, tierra maldita, incorpórese sin lacras al sentimiento argentino”, es el título del articulo mediante el cual Crítica da a conocer la noticia. El diario de Botana se había ocupado en numerosas ediciones sobre el tétrico penal, particularmente en lo que atañe a la situación extrema que padecía Radowitzky.

Una publicación recogió las declaraciones de una pobladora de Ushuaia, Lucinda Otero, que resume las impresiones de la gente del lugar: “En ese momento muchísima gente dejó la ciudad porque trabajaban para el presidio y se habían quedado sin trabajo, se quedaron sólo los que estaban demasiado arraigados. En un momento la ciudad se achicó, pero enseguida llegó la Marina, lo que hizo que al pueblo llegara una nueva corriente de gente más actualizada, con otro nivel (...) Con la Marina el contacto con el mundo fue más constante. Los buques iban una vez por mes, después llegó el avión, aunque no era tan fácil viajar en él y después el camino”.

En cambio, para otros pobladores el cierre de la cárcel les acarreó pérdidas materiales, salarios o ventas comerciales. Sin lugar a dudas, alrededor del penal se formó una población que gracias a él poseía trabajo, viviendas dignas y una creciente línea de pequeños negocios. Gracias a él también hubo avances edilicios. Los reclusos efectuaron trabajos de desmonte, hicieron las instalaciones eléctricas y de obras sanitarias de Ushuaia, bajo estricta vigilancia de los guardianes.

DESTINO PARADÓJICO

Puede afirmarse que el penal de Ushuaia se ha ganado un prominente lugar en la reafirmación de nuestros derechos soberanos en los territorios del sur patagónico. Fue el primer paso para la recuperación de nuestra olvidada región austral. José Luis de Imaz cuenta que, “cuando la Marina Argentina llegó a la bahía de Ushuaia se encontró con un mundo en el que se hablaba inglés y yagan. Y con esos indios que no se podía saber si eran compatriotas nuestros, o chilenos, aunque se estuviera en tierra cartográficamente argentina. Recién acababa de ser delimitada.

“Bridges debió ver con profunda desazón el arribo de aquellos barcos de la Marina de Guerra, preanunciados en los relevamientos geográficos de dos años antes. Llegaban latinos al Beagle, único enclave de evangelización cristiana no papista en el continente sudamericano

“También como periodista Payró llegó a Ushuaia en 1898. La parte argentina de la población le desencantó profundamente. Cuando fue a la Misión y asistió al oficio —en inglés, cánticos en yagan, y una oración en español por la autoridades del país—, sobre todo cuando fue invitado a tomar el té en la casa del pastor, creyó encontrarse en Lomas de Zamora o en Temperley (únicos medios británicos que conocía).

“En 1934, Ricardo Rojas, confinado político en Ushuaia, tuvo un encuentro con un yagán. El diálogo debió ser muy difícil. Al despedirse Darskapalaes le dijo: "You are a christian gentleman". Impresiones similares describe Nicanor Larrain, ya en 1883: Entre los Fueguinos se habla generalmente el idioma inglés, lo mismo que entre los Tehuelches y demás indios que tienen trato y comercio con las misiones de Magallanes. “Inmediatamente me vino a la memoria la ocupación de las Malvinas y el despojo que de ellas se nos ha hecho...

“No sucederá, me decía yo que con la Tierra del Fuego, donde hay misiones inglesas, pueda con el tiempo acaecernos lo que con las Malvinas? Quién sabe si no corresponde a esta idea la creación en la Tierra del Fuego de una Colonia Penal que hoy preocupa al Gobierno Argentino. Dios lo quiera; de todos modos, llamamos la atención de quien corresponda, porque la fundación de una Colonia bien organizada y dirigida traerá el alejamiento del peligro que indicamos, nos pondrá en condiciones de vigilar a nuestros sospechosos vecinos que se pasean por la margen norte del Estrecho, y crearemos un pueblo que nos dará beneficios en la producción y el trabajo de los penados, que allí deben regenerarse.

Podríamos concluir con una comprobación: el severo encierro del presidio fue también, paradójicamente, la apertura a la reafirmación de nuestros soberanos derechos sobre una región, disputada por otros países.

Todo Es Historia Nro. 396 Nota de Gerardo Bra
http://www.portalplanetasedna.com.ar

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