martes, 23 de febrero de 2010

Fundación de Comodoro Rivadavia - parte 2


Aunque por los inconvenientes relatados, el camino hasta el Golfo aún no había sido abierto, Pietrobelli consideró que ello podía darse como un hecho seguro a corto plazo. Regresó con sus carros a Sarmiento y luego se trasladó a Rawson, y de allí a Buenos Aires, donde se presentó ante el doctor Julio Fernández, hermano de don Francisco, de quien lleva una carta, para explicarle lo que necesitaba.
El doctor Fernández ya se hallaba en contacto con otras personas dispuestas a viajar al sur, donde algunos potenciales colonos habían solicitado campos (entre los que menciona a los señores Piñero, Ángel Velaz, Máximo Abásolo, Alfredo Llames Massini) y le facilita inmediatamente el envío de materiales.
Mientras tanto los pobladores de toda la región suroeste se combinaban para abrir el camino que debía unir todas esas regiones con el puerto que se establecería en el Golfo San Jorge. Fortunato Carante junto con Sartori y Cayelli, vecinos de la zona, resolvieron encarar definitivamente la apertura de un camino, incluso para carros pesados, hasta el Golfo.
Con este propósito emprendieron el viaje desde el Río en la colonia Sarmiento con la chata de Carante, incorporándoseles una carreta de Modesto López al que acompañan Slapeliz y W. Jones. Por delante y a buena distancia iban exploradores con el fin de prevenir obstáculos, como cerros o grandes zanjones, en donde los carros podían quedar varados, obligándolos a largos retrocesos. Siguieron hacia el norte por Pampa del Castillo, para luego bajar hacia el Este por la pendiente del Cañadón del Tordito.
Pietrobelli, que había alcanzado a la tropa poco después del empalme de los caminos abiertos, acordó con los demás expedicionarios en bajar desde Pampa del Castillo por el cañadón de Los Menucos, que había explorado a caballo en su anterior viaje en el que había llegado a avistar Rada Tilly. Pietrobelli viajaba con tres caballos, acompañado de un francés de nombre Carlos Trompete y de Marcelo, su primer guía.
De acuerdo a las memorias de Trompete, Pietrobelli acampó en la costa frente al mar en el sitio conocido como Manantial Salado, un poco al norte de Punta Piedras. No encontraron allí los materiales que les debían remitir el doctor Fernández y por eso debieron esperar el arribo del buque. Mientras tanto, aprovecharon a explorar la costa del actual kilómetro 5.
Finalmente al quinto día avistaron el buque que llegaba procedente de Buenos Aires y, para hacer notar su presencia, hicieron señales de humo. El buque encaró a su llegada la bahía que enfrenta el actual Cerro Chenque, pero luego, sin duda al ver las señales de humo, viró al sur y ancló finalmente donde en la actualidad se encuentran las instalaciones portuarias, bastante lejos del lugar donde los expedicionarios se encontraban. Poco después el buque inició la descarga que consistía en unas cincuenta chapas, tirantes y otros materiales, además de víveres.
El grupo comenzó a construir con estos materiales el galpón, finalizando su parte exterior a los seis días. Terminada la construcción, Pietrobelli emprendió el viaje a Sarmiento para traer mercadería. A cinco leguas de Punta Borja se encontró con los jinetes y los carros que marchaban abriendo el camino, informándoles de la llegada de los materiales y la ubicación del galpón. La caravana arribó al Golfo diez días más tarde, donde fue recibida por el solitario "galpón de Pietrobelli", el primer edificio de Comodoro Rivadavia.

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