Los descubrimientos de 1885 y la aventura vivida por un soldado inglés en 1887 -dijo haber recorrido una galería subterránea desde la iglesia del Socorro hasta la Recoleta, unos 1.300 metros en línea recta (1) constituyen los más antiguos antecedentes, conocidos, acerca de la existencia de túneles en Buenos Aires. Y antes del mencionada artículo de "La Nación", en el número de "Caras y Caretas" correspondiente al 26 de marzo de 1904, un señor que firma Blas Vidal había publicado "Una excursión por los subterráneos de Buenos Aires". Actualmente, este título no llamaría la atención: todos los días, centenares de miles de habitantes de esta ciudad recorren kilómetros por debajo del nivel de la calle. Pero una excursión por subterráneos a principios de 1904 debe haber maravillado a loa lectores de la publicación porteña. Por considerar interesante la experiencia transcribiremos algunos párrafos de la nota de Vidal: "Hemos comprobado la existencia de pasajes subterráneos, cuyo fin no deja de ser sugestivo, puesto que obedecen a un plan general de comunicaciones entre los conventos que datan de la época colonial. No debe suponer que hayan servido para el desagüe de la ciudad, pues esos subterráneos nada tienen que ver con los "terceros" que en aquella época hicieron oficio de cloacas, siendo el principal de ellos el que va de la calle Chacabuco a la de Chile y que mide cuatro metros de ancho por dos y medio de alto, mientras que los subterráneos en cuestión tienen de ocho a diez metros de alto por siete de ancho, capacidad exageradísima que impide admitir hayan sido construidos para el desagüe. Uno de ellos va de la calle Piedras y Alsina, donde está el convento de San Juan, hasta la calle Defensa, atravesando el Museo Nacional, la Facultad de Ingeniería y las iglesias de San Ignacio y San Francisco. Sucesivos hundimientos en el Mercado del Centro y en la esquina de Perú y Alsina prueban la existencia de su comunicación, de nueve metros de alto por siete de ancho, can el techo abovedado".
Agrega, en apoyo de sus aseveraciones, "las autorizadas opiniones de los señores Agustín J. Péndola, secretario del Museo Nacional; ingeniero Con¡, secretario de la Facultad citada; José Mariño, bedel de la misma desde hace treinta años y Federico Burmeister", quien había bajado a ese mismo túnel en 1893 y levantado sobre el terreno un plano que se reproduce en la nota. Sigamos el itinerario de Vidal: "Este mismo camino corta en ángulo recto can la iglesia de San Francisco, atraviesa por la calle Victoria entre Defensa y Bolívar y sigue en dirección a la calle Viamonte; y es posible que por el sur tenga otra comunicación que una el citado convento con el de Santo Domingo, que dista dos cuadras" (Belgrano y Defensa). Relata a continuación parte del recorrido que pudo hacer por esas galerías durante tanto tiempo ignoradas y dice que pudo comprobar "que esa comunicación se extiende por el oeste, partiendo de Piedras y Alsina en dirección al convento del Salvador (Callao y Tucumán); siguiendo de allí por la esquina de Río Bomba y Paraguay hasta el antiguo convento de las irlandesas. Cuando quemaron el Salvador (2), el doctor Antelo libró de la muerte a cuatro frailes que salieron de entre los cimientos del edificio por una puerta solamente por ellos conocida". Aquí conviene hacer una aclaración: en las páginas 81 a 107 del II tomo de la "Historia del Colegio del Salvador", del R. P. Guillermo Furlong, puede leerse una minuciosa descripción del asalto e incendio del Colegio, hecha por testigos oculares de ese bárbaro episodio. En ningún momento se alude a puertas secretas ni túneles aptos para una eventual escapatoria. Si en verdad hubiese habido alguna galería subterránea los jesuitas hubieran podido evitar el encuentro con la muchedumbre enardecida que los castigó cruelmente cuando intentaban escapar saltando algunos muros o ventanas. De manera que el relato de Blas Vidal tiene, por lo menos en este punto, un valor muy discutible.
La índole un tanto sensacionalista de la nota es atenuada por el mismo autor al anotar lo siguiente: "Dícese que en el hundimiento que hubo hace unos veinte años (es decir, en 1884, aproximadamente) frente al convento de San Juan (Alsina y Piedras) se encontró una vía subterránea y unos huesos humanos dentro de ella; dícese que en el boquete que hicieron en la esquina de Perú y Alsina, el general Nazar encontró unas trenzas de mujer; dícense muchas cosas que no asentamos nosotros por no haberlas podido verificar". Y agrega otra noticia: "En la calle Ecuador entre Paraguay y Mansilla se produjo un derrumbe en el año 1873 y su dueño, señor Colombo, vió un subterráneo que quedó al descubierto".
La breve descripción que hace de su viaje por una de las galerías nos ha parecido interesante: "La brújula señalaba el NNE, suponiendo que iba en camino de la calle San Martín, cortando transversalmente la Plaza de Mayo. Quizá pasáramos por debajo de la Catedral. Bajamos después a la cripta de la capilla de San Lorenzo y a la catacumba de San Francisco (Alsina y Defensa) en la que se conservan las momias de la señora viuda del virrey del Pino y del general chileno Mackenna muerto en duelo a pistola por el coronel Carrera, también chileno que yacen encerradas en dos arcas de las que se usaban para guardar caudales en tiempos del virreinato".
Varios grabados ilustran la nota de Vidal: 1) Subterráneo en casa de la calle Victoria (Hipólito Yrigoyen) entre Bolívar y Defensa; 2) Subterráneo que pasa por la calle Belgrano entre Bolívar y Defensa; 3) Catacumba en el subsuelo del convento de San Francisco; 4) Cripta colocada debajo de la capilla de San Lorenzo; 5) Retrato de Federico Burmeister (autor de los croquis antes mencionados); 6) Croquis de la bajada a la bóveda cónica de la calle Victoria que da acceso a una galería de antigua construcción; 7) Plano de los subterráneos existentes debajo del Museo Nacional (entonces de la calle Perú, entre Alsina y Moreno) y 8) Plano de la zona sur de la ciudad por donde pasaba el antiguo ‘terceros municipal’, el principal de los antiguos conductos de desagüe.
Mucho más atendible, desde el punto de vista de la seriedad histórica, nos pareció el testio publicado por "La Nación" el 30 de noviembre de 1908. Alude al templo de San Ignacio y dice: "Los que allí están no sospechan que debajo de tierra, a cinco metros de profundidad, bajo sus plantas o sus rodillas, hay hombres que trabajan abriendo túneles, galerías estrechas... hombres que bajo dirección técnica competente recorren !os viejos subterráneos tradicionales o abren nuevas vías para registrar y conocer nuestro subsuelo con el objeto de realizar la obra de higiene y saneamiento a que está, desde hace mucho tiempo, dedicada la Asistencia Pública. En el Colegio Nacional Central al lado de San Ignacio, por Bolívar pasa otro tanto".
Añade que los pozos que se practicaron en el Mercado Central buscando el subterráneo que unía San Ignacio con San Juan llevaron a los obreros hasta debajo de la Facultad de Ciencias Fisíco Naturales (Perú y Alsina); se pasó bajo el Museo de Historia Natural y la línea proyectada debió desviarse algo pues el vetusto edificio que hace tantos años amenaza derrumbarse empezó a resentirse de una manera alarmante. Señalemos que a pesar del tiempo transcurrido desde entonces, aún continúa en uso activo.
Desde allí los trabajos de excavación continuaron "hasta el antiguo convento de los jesuitas, lo que es hoy el Colegio Nacional Central (actualmente, Nacional Buenos Aires) y debajo de una de las aulas de 4° y 2° año se halló el amplio subterráneo, como de tres metros y medio de ancho por igual de alto, construido en ladrillo y con sus bóvedas sólidas. Es desde ahí de donde avanza el subterráneo nuevo que se está construyendo y que hoy llega hasta el altar mayor de San Ignacio, es decir, a cinco metros de profundidad debajo de aquél". Acatemos que esto parece echar por tierra mucho de lo dicho acerca de la antigüedad de los túneles que pasan por debajo de San Ignacio, en la famosa "Manzana de las Luces". Si no interpretamos mal, varias galerías mencionadas sólo tendrían poco más de sesenta años de antigüedad y, por lo tanto, carecerían de la tradición que se le asigna generalmente. Pero ya volveremos sobre estas galerías de San Ignacio.
Aunque parezca insistente la cita periodística, tenemos que seguir recurriendo a ella, porque hasta hoy es casi la única fuente de información de que se dispone con excepción de un articulo publicado por el señor Vicente Nadal Mora en la revista "Historia", que citaremos más adelante. "La Nación" del 17 de agosto de 1909 informa sobre unos subterráneos en casa del señor Aguirre, en Bolívar 102, esquina Victoria, donde hoy nace la diagonal Sur. Trancribamos el relato del cronista, ya ubicado dentro del recinto, a seis metros bajo tierra: "La impresión de soledad se impuso sin rumores y dentro de una construcción de otra época que parecía hablarnos con sus líneas y sus silencios, nos sentimos como transportados a «aquel entonces». Todo nuestro horizonte era ese cuadro con sus muros gruesos y elevados, sus bóvedas y sus nichos misteriosos, sus revoques perfectamente conservados, parte de sus pinturas y algo extraño y nuevo sorprendía: la luz no irradiaba allí". (Esto último, posiblemente, como consecuencia del aire enrarecido del ambiente). Y más adelante anota una afirmación para tener en cuenta: "Subterráneos aislados sí, se han hallado muchos y curiosísimos; pero red de comunicaciones, no". Y con referencia al recinto descripto, agrega: "Se han practicado perforaciones en todo sentido buscando comunicaciones, pero como en otros casos nada se ha hallado. Son obras aisladas, no sucediendo así, según se cree, con los sótanos que existen debajo del Museo de Historia Natural, los que por ahora no pueden tocarse pues esa parte del edificio se derrumbarla: esos sótanos deben comunicar con la casa situada en la esquina de Perú y Alsina, antiguo seminario de los jesuitas, ligado por un subterráneo con el convento de San Ignacio".
(1) Manuel Bilbado "Traducciones y recuerdos de Buenos Aires". 7954. Pág. 437.
(2) 28 de febrero de 1875.
* Este artículo fue publicado en la revista “Todo es historia” (N° 2, Junio de 1967).
http://www.barriada.com.ar
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