Bibliografía
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DE PAOLI, PEDRO: Facundo, tercera edición, Buenos Aires, Plus Ultra, 1974.
DE PAOLI, PEDRO: Sarmiento y la usurpación del Estrecho de Magallanes, Buenos Aires, Theoría, 1968.
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SIERRA, VICENTE: Historia de la Argentina 1840 – 1852, Buenos Aires, Editorial Científica Argentina, 1978.
UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: El fusilado de Caseros. La gloria trágica de Martiniano Chilavert, Buenos Aires, La Bastilla, 1974.
UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: Los asesinos de Florencio Varela, Buenos Aires, Moharra, 1971.
UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: Obligado. La batalla de la soberanía, Buenos Aires, Moharra, 1970.
ZINNY, ANTONIO: Historia de los gobernadores de las provincias argentinas, Buenos Aires, Hyspamérica, 1987. Cuatro tomos.
[1]Se considera al 4 de enero de 1831 como el momento del nacimiento de la Confederación Argentina. Ese día las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe – luego se incorporó Corrientes -, firmaron el Pacto Federal. A medida que las provincias que formaban la Liga Unitaria encabezada por el general José María Paz eran vencidas se incorporaban al Pacto Federal.Para fines de 1831 todas las provincias que entonces formaban las Provincias Unidas del Río de la Plata se habían incorporado.
[2] La Comisión Argentina fue un organismo formado por los unitarios exiliados en el exterior durante el segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas. Fue la responsable de la organización de las coaliciones internas y externas contra la Confederación que pusieron en peligro nuestra integridad territorial. Su principal centro de acción fue Montevideo, pero también actuaba desde Chile y Bolivia, siendo en gran medida responsable de las agresiones de Perú y Bolivia, Francia y Gran Bretaña sobre nuestro país (ver DeySeg Nº 26 y 27). Sus principales representantes fueron, entre otros, Florencio y Juan Cruz Varela, José Rivera Indarte, Julián Segundo Agüero, Salvador María del Carril y Domingo Faustino Sarmiento. Sus actuaciones a favor de las intervenciones extranjeras han sido investigadas por numerosos historiadores, en especial en: FONT EZCURRA, RICARDO: La unidad nacional, Buenos Aires, La Mazorca, 1944; por UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: Los asesinos de Florencio Varela, Buenos Aires, Moharra, 1971. También por DE PAOLI, PEDRO: Sarmiento y la usurpación del Estrecho de Magallanes, Buenos Aires, Theoría, 1968.
[3]SALDÍAS, ADOLFO: Historia de la Confederación Argentina, Buenos Aires, El Ateneo, 1951. T. II, pp. 611 – 612. Saldías reproduce íntegramente esta carta de Vidal al Sr. Mandeville.
[4] SALDÍAS, ADOLFO. Op. cit., pp. 612 – 613.
[5] Este tipo de “mediaciones” traen a mi mente el recuerdo de la mediación norteamericana del Sr. Haig durante la guerra de las Malvinas.
[6] IRAZUSTA, JULIO: Vida política de Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia, Bogotá, Los Andes, 1975, T IV, p. 189. Reproduce íntegramente la nota enviada el 6 de octubre de 1842 por Manuel Moreno – hermano del conocido Mariano Moreno – a Felipe Arana.
[7] Generaron incluso varios atentados contra la vida de la propia reina Victoria.
[8]SALDÍAS, ADOLFO. Op. cit., p. 400.
[9] En las notas publicadas en DeySeg Nº 26 y Nº 27 he citado a este importantísimo autor. Adolfo Saldías fue uno de los primeros historiadores en refutar la “leyenda negra” que aún persiste en torno a la figura de Juan Manuel de Rosas por medio de varias obras, pero en especial de la Historia de la Confederación Argentina aparecida por primera vez en 1881 (su primer tomo) bajo el nombre de Historia de Rozas. Pertenecía a una familia unitaria, pero ello no le impidió la búsqueda de verdad en torno a esta etapa tan cuestionada de nuestra Historia. Saldías trabajó con ocho baúles de documentación que Rosas llevó consigo al exilio en 1852. Durante diez años habló con protagonistas de los hechos que historió, consultó archivos de documentación en , Gran Bretaña – en especial en el Foreign Office – y en Francia, contrastó testimonios y documentos y produjo una de las obras más importantes de del período. A pesar del rechazo de sus contemporáneos liberales y de ser marginado a causa de esta obra, Saldías defendió la verdad histórica y lanzó un movimiento que rescató del olvido y la injusticia a Juan Manuel de Rosas y los caudillos federales. Su contribución ha sido decisiva en nuestra historiografía. La Historia de reeditada infinidad de veces, junto con la Vida Política de Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia de Julio Irazusta constituyen – a mi entender – dos de las obras más importantes y mejor documentadas para entender el período 1820 – 1852. Quien se interese en saber sobre las principales obras e historiadores existentes en nuestro país recomiendo la lectura de SCENNA, MIGUEL ANGEL: Los que escribieron nuestra Historia, Buenos Aires, La Bastilla, 1976.
[10] SALDÍAS, ADOLFO. Op. cit., pp. 401 – 402.
[11] Ha sido uno de los principales historiadores el revisionismo. Su producción historiográfica y política es impresionante. Sobre la Confederación escribió numerosas obras, destacándose en especial la Vida política de Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia Bogotá, Editorial Andes, 1975. Son en total ocho tomos documentados en forma impecable, siendo una de las mejores obras de Historia Argentina. Sobre esta autor también puede consultarse el trabajo de SCENNA, MIGUEL ANGEL. Op. cit., pp. 246 – 251.
[12]GALVEZ, MANUEL: Vida de Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Heliasta, 1991, p. 440. También en esta obra Gálvez hace una interesante descripción sobre la organización del ejército de Rosas, pp. 440 – 442. Sobre el tema del trato a los caballos también es interesantísima la obra escrita por el propio Rosas sobre los cuidados a tener con ellos en las estancias. Ver ROSAS, JUAN MANUEL DE: Instrucciones a los mayordomos de estancias, Buenos Aires, Plus Ultra, 1968.
[13]Veterano de las guerras por la independencia y contra el Brasil. Alcanzaría su momento de mayor gloria durante las operaciones contra la escuadra anglo – francesa en la guerra en el Paraná años después.
[14] IRAZUSTA, JULIO. Op. cit., p. 176.
[15] IRAZUSTA, JULIO. Op. cit., p. 221.
[16] Las cifras varían de acuerdo a los historiadores, aunque las diferencias son mínimas. El Atlas del Colegio Militar habla de 9.000 hombres en total para el ejército de Oribe. Saldías por su parte habla de 8.500. No hay diferencias en cuanto al número de piezas de artillería ni tampoco en la composición de las fuerzas riveristas.
[17]Era un gran amigo de Rivera, lo que no le impedía tener con él fuertes discrepancias. Durante el bloqueo anglo – francés pediría la baja del ejército unitario y se incorporaría al federal deseoso de luchar contra los invasores. La batalla de Caseros y su posterior fusilamiento mostrarían su valor y patriotismo en toda su magnitud, como ya lo había demostrado en la guerra contra el Imperio. Quien desee conocer los detalles sobre su vida recomiendo la lectura de la obra de UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: El fusilado de Caseros. La gloria trágica de Martiniano Chilavert, Buenos Aires, La Bastilla, 1974.
[18] Ya comenzaba a destacarse por su participación en las luchas en el litoral quien después derrocaría a Rosas en Caseros en alianza con el Brasil y los unitarios.
[19] Interesantísimos datos sobre al organización del ejército en la época de Rosas aparecen en el excelente trabajo de: LUQUI LAGLEYZE, JULIO: El ejército de la Confederación Argentina durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. En: Revista del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Nº 54, enero – marzo, 1999, pp. 35 – 50.
[20] SIERRA, VICENTE. D: Historia de la Argentina, Buenos Aires, Editorial Científica Argentina, 1978, T IV, p. 124.
[21]UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: Obligado. La batalla de la soberanía, Buenos Aires, Moharra, 1970, p. 62.
[22] En la obra citada de Uzal este a su vez cita a Vicente Fidel López - historiador liberal que fue compañero de estudios de Rivera Indarte – diciendo: “Este Rivera Indarte – un canalla, cobarde, ratero, bajo husmeante y humilde en apariencia como un ratón cuya cueva nadie conocía, tenía mucho talento y un alma de lo más vil que pueda imaginarse”. UZAL, FRACISCO. Op. cit., p. 57. Rivera Indarte había pertenecido a la Sociedad Popular Restauradora, incluso compuso un himno a Rosas, pero fue puesto en la cárcel por el robo reiterado de libros y de una corona de una imagen de la Virgen de la Merced. Por estas razones fue mandado prender por Rosas pero logró escapar a Montevideo desde donde se unió a los exiliados y pasó a militar en las filas antirrosistas.
[23]También aquí se encuentra el origen de la leyenda sobre la posible influencia de Rosas en el asesinato de Quiroga. Este mito ha sido refutado contundentemente tanto por Saldías como por DE PAOLI, PEDRO: Facundo, tercera edición, Buenos Aires, Plus Ultra, 1974.
[24] Es muy conocida la discusión sobre la dureza de Rosas contra sus enemigos internos. Diversos autores han tratado el tema. Tanto los autores revisionistas como Galvez, Sierra e Irazusta como los liberales como Vicente Fidel López se han ocupado de la cuestión. Lynch recoge en su obra la muchos de los testimonios de los historiadores contrarios a Rosas. Ver: LYNCH, JOHN: Juan Manuel de Rosas, tercera edición, Buenos Aires, Emecé, 1985. Poco nombrados son los crímenes del partido unitario. Para esto último recomiendo la lectura de: EZCURRA MEDRANO, ALBERTO: La otras tablas de sangre, Buenos Aires, Haz, 1952 y EZCURRA MEDRANO. ALBERTO: Doce gobernadores víctimas del terror celeste, en: Boletín del Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, Comisión de Organización Operativa del Instituto Juan Manuel de Rosas, Año I, segunda época, Nº2, agosto – septiembre, 1969, pp. 6 y 10.
La conocida obra política de Domingo Faustino Sarmiento, el Facundo. Civilización o barbarie cumplió el mismo propósito que la obra de Rivera Indarte, generar la idea a los interventores y la opinión pública internacional de que la agresión estaría justificada por ser la lucha contra un dictador sanguinario.
BURGIN, MIRON: Aspectos económicos del federalismo argentino, cuarta edición, Buenos Aires, Solar, 1987.
BONURA, ELENA: El sistema económico de Rosas, Buenos Aires, Sellarés, 1982. COLEGIO MILITAR DE LA NACIÓN: Atlas histórico militar argentino, Buenos Aires, Colegio Militar de la Nación, 1970.
DE PAOLI, PEDRO: Facundo, tercera edición, Buenos Aires, Plus Ultra, 1974.
DE PAOLI, PEDRO: Sarmiento y la usurpación del Estrecho de Magallanes, Buenos Aires, Theoría, 1968.
EZCURRA MEDRANO. ALBERTO: Doce gobernadores víctimas del terror celeste, en: Boletín del Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, Comisión de Organización Operativa del Instituto Juan Manuel de Rosas, Año I, segunda época, Nº2, agosto – septiembre, 1969.
EZCURRA MEDRANO, ALBERTO: La otras tablas de sangre, Buenos Aires, Haz, 1952.
FONT EZCURRA, RICARDO: La unidad nacional, Buenos Aires, La Mazorca, 1944.
GALVEZ, MANUEL: Vida de Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, heliasta, 1991.
IRAZUSTA, JULIO: Vida política de Juan Manuel de Rosas, Bogotá, Editorial Andes, 1975, T IV.
LUQUI LAGLEYZE, JULIO: El ejército de la Confederación Argentina durante el gobierno de don Juan Manuel de Rosas. En: Revista del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Nº 54, enero – marzo, 1999.
LYNCH, JOHN: Juan Manuel de Rosas, tercera edición, Buenos Aires, 1985.
PAZ, JOSÉ MARÍA: Memorias Póstumas del General José María Paz, tercera edición, Buenos Aires, Imprenta La Discusión, 1892.
ROSA, JOSÉ MARÍA: Historia Argentina, Buenos Aires, Oriente, 1965.
ROSAS, JUAN MANUEL DE: Instrucciones a los mayordomos de estancias, Buenos Aires, Plus Ultra, 1968.
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SIERRA, VICENTE: Historia de la Argentina 1840 – 1852, Buenos Aires, Editorial Científica Argentina, 1978.
UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: El fusilado de Caseros. La gloria trágica de Martiniano Chilavert, Buenos Aires, La Bastilla, 1974.
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UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: Obligado. La batalla de la soberanía, Buenos Aires, Moharra, 1970.
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[1]Se considera al 4 de enero de 1831 como el momento del nacimiento de la Confederación Argentina. Ese día las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe – luego se incorporó Corrientes -, firmaron el Pacto Federal. A medida que las provincias que formaban la Liga Unitaria encabezada por el general José María Paz eran vencidas se incorporaban al Pacto Federal.Para fines de 1831 todas las provincias que entonces formaban las Provincias Unidas del Río de la Plata se habían incorporado.
[2] La Comisión Argentina fue un organismo formado por los unitarios exiliados en el exterior durante el segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas. Fue la responsable de la organización de las coaliciones internas y externas contra la Confederación que pusieron en peligro nuestra integridad territorial. Su principal centro de acción fue Montevideo, pero también actuaba desde Chile y Bolivia, siendo en gran medida responsable de las agresiones de Perú y Bolivia, Francia y Gran Bretaña sobre nuestro país (ver DeySeg Nº 26 y 27). Sus principales representantes fueron, entre otros, Florencio y Juan Cruz Varela, José Rivera Indarte, Julián Segundo Agüero, Salvador María del Carril y Domingo Faustino Sarmiento. Sus actuaciones a favor de las intervenciones extranjeras han sido investigadas por numerosos historiadores, en especial en: FONT EZCURRA, RICARDO: La unidad nacional, Buenos Aires, La Mazorca, 1944; por UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: Los asesinos de Florencio Varela, Buenos Aires, Moharra, 1971. También por DE PAOLI, PEDRO: Sarmiento y la usurpación del Estrecho de Magallanes, Buenos Aires, Theoría, 1968.
[3]SALDÍAS, ADOLFO: Historia de la Confederación Argentina, Buenos Aires, El Ateneo, 1951. T. II, pp. 611 – 612. Saldías reproduce íntegramente esta carta de Vidal al Sr. Mandeville.
[4] SALDÍAS, ADOLFO. Op. cit., pp. 612 – 613.
[5] Este tipo de “mediaciones” traen a mi mente el recuerdo de la mediación norteamericana del Sr. Haig durante la guerra de las Malvinas.
[6] IRAZUSTA, JULIO: Vida política de Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia, Bogotá, Los Andes, 1975, T IV, p. 189. Reproduce íntegramente la nota enviada el 6 de octubre de 1842 por Manuel Moreno – hermano del conocido Mariano Moreno – a Felipe Arana.
[7] Generaron incluso varios atentados contra la vida de la propia reina Victoria.
[8]SALDÍAS, ADOLFO. Op. cit., p. 400.
[9] En las notas publicadas en DeySeg Nº 26 y Nº 27 he citado a este importantísimo autor. Adolfo Saldías fue uno de los primeros historiadores en refutar la “leyenda negra” que aún persiste en torno a la figura de Juan Manuel de Rosas por medio de varias obras, pero en especial de la Historia de la Confederación Argentina aparecida por primera vez en 1881 (su primer tomo) bajo el nombre de Historia de Rozas. Pertenecía a una familia unitaria, pero ello no le impidió la búsqueda de verdad en torno a esta etapa tan cuestionada de nuestra Historia. Saldías trabajó con ocho baúles de documentación que Rosas llevó consigo al exilio en 1852. Durante diez años habló con protagonistas de los hechos que historió, consultó archivos de documentación en , Gran Bretaña – en especial en el Foreign Office – y en Francia, contrastó testimonios y documentos y produjo una de las obras más importantes de del período. A pesar del rechazo de sus contemporáneos liberales y de ser marginado a causa de esta obra, Saldías defendió la verdad histórica y lanzó un movimiento que rescató del olvido y la injusticia a Juan Manuel de Rosas y los caudillos federales. Su contribución ha sido decisiva en nuestra historiografía. La Historia de reeditada infinidad de veces, junto con la Vida Política de Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia de Julio Irazusta constituyen – a mi entender – dos de las obras más importantes y mejor documentadas para entender el período 1820 – 1852. Quien se interese en saber sobre las principales obras e historiadores existentes en nuestro país recomiendo la lectura de SCENNA, MIGUEL ANGEL: Los que escribieron nuestra Historia, Buenos Aires, La Bastilla, 1976.
[10] SALDÍAS, ADOLFO. Op. cit., pp. 401 – 402.
[11] Ha sido uno de los principales historiadores el revisionismo. Su producción historiográfica y política es impresionante. Sobre la Confederación escribió numerosas obras, destacándose en especial la Vida política de Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia Bogotá, Editorial Andes, 1975. Son en total ocho tomos documentados en forma impecable, siendo una de las mejores obras de Historia Argentina. Sobre esta autor también puede consultarse el trabajo de SCENNA, MIGUEL ANGEL. Op. cit., pp. 246 – 251.
[12]GALVEZ, MANUEL: Vida de Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Heliasta, 1991, p. 440. También en esta obra Gálvez hace una interesante descripción sobre la organización del ejército de Rosas, pp. 440 – 442. Sobre el tema del trato a los caballos también es interesantísima la obra escrita por el propio Rosas sobre los cuidados a tener con ellos en las estancias. Ver ROSAS, JUAN MANUEL DE: Instrucciones a los mayordomos de estancias, Buenos Aires, Plus Ultra, 1968.
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[14] IRAZUSTA, JULIO. Op. cit., p. 176.
[15] IRAZUSTA, JULIO. Op. cit., p. 221.
[16] Las cifras varían de acuerdo a los historiadores, aunque las diferencias son mínimas. El Atlas del Colegio Militar habla de 9.000 hombres en total para el ejército de Oribe. Saldías por su parte habla de 8.500. No hay diferencias en cuanto al número de piezas de artillería ni tampoco en la composición de las fuerzas riveristas.
[17]Era un gran amigo de Rivera, lo que no le impedía tener con él fuertes discrepancias. Durante el bloqueo anglo – francés pediría la baja del ejército unitario y se incorporaría al federal deseoso de luchar contra los invasores. La batalla de Caseros y su posterior fusilamiento mostrarían su valor y patriotismo en toda su magnitud, como ya lo había demostrado en la guerra contra el Imperio. Quien desee conocer los detalles sobre su vida recomiendo la lectura de la obra de UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: El fusilado de Caseros. La gloria trágica de Martiniano Chilavert, Buenos Aires, La Bastilla, 1974.
[18] Ya comenzaba a destacarse por su participación en las luchas en el litoral quien después derrocaría a Rosas en Caseros en alianza con el Brasil y los unitarios.
[19] Interesantísimos datos sobre al organización del ejército en la época de Rosas aparecen en el excelente trabajo de: LUQUI LAGLEYZE, JULIO: El ejército de la Confederación Argentina durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. En: Revista del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Nº 54, enero – marzo, 1999, pp. 35 – 50.
[20] SIERRA, VICENTE. D: Historia de la Argentina, Buenos Aires, Editorial Científica Argentina, 1978, T IV, p. 124.
[21]UZAL, FRANCISCO HIPÓLITO: Obligado. La batalla de la soberanía, Buenos Aires, Moharra, 1970, p. 62.
[22] En la obra citada de Uzal este a su vez cita a Vicente Fidel López - historiador liberal que fue compañero de estudios de Rivera Indarte – diciendo: “Este Rivera Indarte – un canalla, cobarde, ratero, bajo husmeante y humilde en apariencia como un ratón cuya cueva nadie conocía, tenía mucho talento y un alma de lo más vil que pueda imaginarse”. UZAL, FRACISCO. Op. cit., p. 57. Rivera Indarte había pertenecido a la Sociedad Popular Restauradora, incluso compuso un himno a Rosas, pero fue puesto en la cárcel por el robo reiterado de libros y de una corona de una imagen de la Virgen de la Merced. Por estas razones fue mandado prender por Rosas pero logró escapar a Montevideo desde donde se unió a los exiliados y pasó a militar en las filas antirrosistas.
[23]También aquí se encuentra el origen de la leyenda sobre la posible influencia de Rosas en el asesinato de Quiroga. Este mito ha sido refutado contundentemente tanto por Saldías como por DE PAOLI, PEDRO: Facundo, tercera edición, Buenos Aires, Plus Ultra, 1974.
[24] Es muy conocida la discusión sobre la dureza de Rosas contra sus enemigos internos. Diversos autores han tratado el tema. Tanto los autores revisionistas como Galvez, Sierra e Irazusta como los liberales como Vicente Fidel López se han ocupado de la cuestión. Lynch recoge en su obra la muchos de los testimonios de los historiadores contrarios a Rosas. Ver: LYNCH, JOHN: Juan Manuel de Rosas, tercera edición, Buenos Aires, Emecé, 1985. Poco nombrados son los crímenes del partido unitario. Para esto último recomiendo la lectura de: EZCURRA MEDRANO, ALBERTO: La otras tablas de sangre, Buenos Aires, Haz, 1952 y EZCURRA MEDRANO. ALBERTO: Doce gobernadores víctimas del terror celeste, en: Boletín del Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, Comisión de Organización Operativa del Instituto Juan Manuel de Rosas, Año I, segunda época, Nº2, agosto – septiembre, 1969, pp. 6 y 10.
La conocida obra política de Domingo Faustino Sarmiento, el Facundo. Civilización o barbarie cumplió el mismo propósito que la obra de Rivera Indarte, generar la idea a los interventores y la opinión pública internacional de que la agresión estaría justificada por ser la lucha contra un dictador sanguinario.
Viéndose impotente para calmar tanta agitación Mr. Mandeville tuvo a bien de retirarse. Inmediatamente Rozas le ordenó al capitán del puerto que vigilase el movimiento de la bahía. Esa misma noche tuvo parte de que salía para Montevideo un lanchón en el cual en el cual iba un hombre de confianza de Mr. Mandeville. Este hombre transmitía todo lo que Mr. Mandeville le había oído a Rozas. Fue en virtud de este aviso que Rivera procedió sin tardanza, creyendo que las circunstancias denunciadas le aseguraban el triunfo”.[10]
https://deyseg.com/history/207
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