viernes, 15 de enero de 2021

José Camilo Crotto - Parte 3

 Otras interpelaciones generadas por el radicalismo opositor se produjeron luego de las elecciones de diputados de marzo de 1919 y fueron originadas por diversos actos de violencia cometidos contra radicales anticrottistas, aparentemente, por grupos oficialistas, "elementos electorales -según expresión del diputado Arana- pagados por la provincia de Buenos Aires" 9. También se realizó un pedido por parte del diputado Alconada por el asesinato de un radical en Magdalena, fallecido en un tiroteo con la policía, atentados y amenazas contra otros, entre ellos uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical de aquella localidad, Patricio Brennan.

Podrá observarse como, pese al triunfo radical y sus banderas reivindicatorias, las viejas prácticas de violencia oficial, aunque morigeradas, continuaron a la orden del día. Aquella era una costumbre difícil de erradicar y que habría de continuarse, con diversos matices y salvo excepciones, aún por muchos años.

La citación al ejecutivo se debió a que una manifestación que celebraba la victoria conseguida por Arana, fue atacada por policía a caballo, la que hizo "uso de sus rebenques, no sólo para violar los fueron parlamentarios del diputado que habla y del señor diputado Garralda, sino para impedir que se siguiera vitoreando el triunfo que había obtenido el radicalismo, en contra de la maquinaria armada por la intendencia municipal".

Expresaba el interpelante Arana que "no vengo con agravios y apasionamientos....vengo en defensa de las instituciones municipales completamente subvertidas en Vicente López. Vengo en defensa de las instituciones municipales, por la justicia de paz, que es un bochorno para la provincia, y por los prestigios y respetos que mereció que debió merecer ese pueblo para el actual gobernante, porque fue uno de los jalones que defendió con mayor tenacidad su candidatura a la gobernación". En carta al gobernador, que no fue contestada, Arana denunciaba que el "Oficial Inspector Antiqueira, últimamente nombrado por el gobierno" y de pésimos antecedentes había cargado contra la caravana que celebraba la victoria.

La interpelación sobre el asunto, donde, por supuesto, no concordaban las versiones sobre los de los acusadores y el gobierno, se convirtió una vez más, en declaraciones y mutuas acusaciones sobre fidelidades, actitudes, oposición sistemática y aparentemente, de la moral política sustentada antes de los comicios por la Unión Cívica Radical.

Daré sólo algunos ejemplos para no abundar sobre lo mismo. Arana acusaba a Crotto de avasallar las autonomías municipales igual que en la época del "régimen" y luego entraba en temas tangenciales como la exoneración de empleados, etc. Las acusaciones eran generales e inconsistentes, aunque también lo fueron las respuestas del ministro. El diputado oficialista Machado, presidente del Comité de la Provincia de Buenos Aires, recordaba que cuando se hizo cargo el gobernador, gran parte de los diputados y senadores que "sistemáticamente le vienen haciendo oposición concurrieron a la casa de gobierno con el propósito de obtener nombramientos.... esos señores hoy son sus más encarnizados enemigos". Afirmaba que en las calles de Buenos Aires "se mata, se roba, y a ninguno de nosotros que somos opositores a la política del presidente de la República, se nos ha ocurrido de que pueda acusársele a él.....pero aquí hay una consigna que se lleva a la práctica en forma sistemática: atacar al gobierno por todo y en todo". Ante una provincia que esperaba una acción "reparadora" afirmaba que "nos encontramos aquí como en uno de esos festines en que el reparto de los manjares no alcanza para todos". Concluía que esa lucha entre radicales producía "éste espectáculo que estamos dando, que da el radicalismo entero de la república entera, dividido, hecho pedazos, sin norte, sin idea fija... no es por cierto el gobierno de la provincia de Buenos Aires el culpable de la profunda división que reina en todo el radicalismo de la república"10. En realidad, Machado le decía a los opositores, entre otras cosas, que lo eran porque no se les habían concedido nombramientos.

Posteriormente, el diputado Alconada igualó básicamente la situación en Magdalena con la que existía durante el gobierno conservador en cuanto a la coacción realizada mediante la policía y afirmó que la situación había sido "creada por voluntad del poder ejecutivo en la Magdalena, ahí está la responsabilidad del señor ministro".

La interpelación, como era de esperarse, una vez más, terminó en nada, ya que en realidad se hacía para más para molestar al gobierno con una oposición permanente y a veces, carente de sentido, a no ser que se pretendiera, como luego pasó, crear un clima y condiciones de ingobernabilidad hasta llegar al desplazamiento de Crotto.

 

Otra cuestión se planteó con Matías Brennan, pues en la sesión del 30 de julio de 1919 entró una nota del poder ejecutivo pidiendo que se le cancelara el nombramiento como Consejero de Educación "en virtud del proceso criminal que se le sigue"11. El proceso era por defraudación por prendas agrarias, ganado dado en garantía que no existía y cheques sin fondos. El juez otorgó el sobreseimiento provisorio pero se negó a darlo definitivamente por "existir el delito de defraudación... e indicios vehementes para determinar como autor al procesado Matías Brennan". A partir de esto se inició un cruce de cargos entre los diversos sectores opositores, ataques personales que nada tenían que ver con el tema de fondo, etc. El socialista José P. Baliño se opuso al pedido del poder ejecutivo básicamente porque mientras durara la causa y Brennan no fuera condenado, era inocente; ese argumento fue utilizado por el anticrottismo para negarse a votar el pedido desgobierno. El diputado radical opositor Roberto Parry, recientemente incorporado a la Cámara, sostenía que al consejero no se lo juzgaba por su idoneidad, sino que era "un hombre inocente, limpio de culpas, no existe contra el sino un proceso y por un proceso no se puede hacer nada a nadie". Así, pese a las graves denuncias, los metropolitanos sostenían a uno de sus hombres.

 

Otro destacado miembro de ese sector, Antonio Crespo, manifestaba que el poder ejecutivo buscaba cansar a los miembros del Consejo General de Educación "que no se presta a las insinuaciones del oficialismo para trastocar las escuelas y... convertirlas en un bodrio". "Lo que necesita el poder ejecutivo, -continuaba-, son los puestos de los maestros, para satisfacer ambiciones personales de sus secuaces". Más adelante alababa al Consejo por no ceder a las presiones y agregaba que esto no era del agrado del gobernador "porque encuentra una muralla formidable en aquel consejo".

 

A su vez, el crottista Juan B. Machado, en replica al anterior, lanzó un terrible ataque al yrigoyenismo, diciendo que "desde Jujuy hasta el último rincón de la república existe este radicalismo defraudador de las esperanzas nacionales,... en esta anarquía política debemos recordar el pasado lleno de anatemas, lleno de oprobio, que durante tantos años fuera nuestra bandera de ataque; pasado que es posible que resurja de nuevo con más brío, ante la cobardía de los radicales que han abandonado todos sus ideales, para personalizarse en una política tan regresiva como los treinta años del "régimen" en la república"....el gobierno nacional que traicionó todas las esperanzas y todos los anhelos del pueblo argentino. Terminaba preguntando a los metropolitanos "¿como que derecho pueden decirle ustedes al gobernador que va a avasallar la autonomía de la dirección de escuelas, cuando ustedes quieren convertir esto en una factoría?". Martínez Sosa contestó que "nosotros hemos sido partidarios decididos y entusiastas del doctor Crotto en su candidatura a gobernador... una vez en el gobierno, cuando creímos que se había apartado del programa radical... fuimos sus adversarios políticos".

La discusión siguió en dicho tono y nivel, participando diputados de todos los partidos defendiéndose y atacando a la vez y levantando cargos personales o de tipo institucional; lo cierto es que en el larguísimo debate, el que llevó varias horas, prácticamente no se discutió de la situación de Brennan y se pasó la votación a la siguiente sesión; el resultado resulto 37 a 36 por la negativa al pedido del ejecutivo.

Así gastaba su tiempo la cámara de diputados bonaerense, en debates políticos de menor cuantía y se relegaban o discutían pocos los asuntos que hacían al progreso de la misma.

 

También en varias ocasiones los radicales opositores votaron favorablemente interpelaciones solicitadas por socialistas y conservadores. Por su importancia, sólo se hará referencia a la presentada por el socialista José P. Baliño sobre un edicto policial consecuencia de la huelga agraria de 1919 en la provincia de Buenos Aires. El debate fue de gran interés por la importante calidad y cantidad de datos y antecedentes sobre cuestiones agrarias y el enjuiciamiento a la policía de la "causa". El peso de la discusión fue llevado por el mencionado socialista Baliño y por Jacinto Oddone, compañero de bancada del anterior y, en segunda instancia por los conservadores Juan Kaiser y Uberto F. Vignart; cuando la cantidad de cargos vertidos era abrumadora y, ante la falta de respuestas de parte del ministro de gobierno, los radicales yrigoyenistas aprovecharon para practicar un nuevo ataque al gobierno. Biocca, permanente e ilustrado opositor, presentó un proyecto de minuta, a fin de remplazar la anterior de Baliño, debido a que el ministro, no había llevado "fundamentos de verdadero valor y no dar lugar a que ésta cámara en su totalidad manifestara su desagrado". La minuta expresaba el "desagrado y desconsideración manifestada por el ministro a esta honorable cámara", no dándose a la misma satisfacción con las explicaciones dadas. Crespo por su parte, exageraba al comparar el edicto policial con un "úkase como el que dictaban los gobiernos de Rusia"; denunciaba los intentos del ejecutivo de pretender "amordazar de golpe la libertad de imprenta". De los empleados de gobierno, decían otros radicales, que vivían en Babia, que eran "simples muñecos que no hacen más que cobrar el sueldo,... son verdaderos pulpos".

 

Ante el retiro del ministro, Crespo dijo que "falto de argumentos, de conceptos, ha querido volver a iniciar argumentación graciosa, y a la verdad que ésta cámara no estaba dispuesta a tolerar más, y con su huida a declarado su ineptitud". El debate terminó votando una minuta donde se pedía la derogación del edicto policial y el artículo segundo de acuerdo al presentado por Biocca 12. Sin duda, la interpelación más importante de 1919 fue la que se le realizó al Ministro de Obras Públicas, a moción del diputado Poblet Videla, sobre el tema de las inundaciones y desagües en la provincia de Buenos Aires; afortunadamente, fue un debate de nivel en el cual no se hicieron, porque no se dio pié, acotaciones cargadas de intencionalidad hacia el ejecutivo 13. A medida que se acrecentaba el enfrentamiento entre el ejecutivo provincial con el provincial, la lucha entre los sectores radicales se practicó generalmente fuera del recinto legislativo.

 

Además, los intentos de interpelar al nuevo ministro de gobierno, José A. Cabral resultaron vanos, ya que el funcionario no sólo rehusaba contestar las notas de pedidos de informes realizadas por los legisladores sino que tampoco concurrió a las citaciones a efectos de ser interpelado. A esa altura de los acontecimientos, las relaciones entre el ejecutivo y la cámara estaba prácticamente rotas, además, algunas de las cuestiones que se planteaban eran de difícil sostenimiento por parte del ministro y era una manera, no la más conveniente, de evitar que se le hicieran nuevos cargos al gobierno. Esa fue la actitud que puntualmente adoptó Cabral antes las solicitudes de comparecencia para aclarar por qué se mantenía la acefalía municipal en General Villegas cuando el plazo legal de un mes había sido superado con amplitud y sobre actitudes del comisario de Marcos Paz quién, bajo directivas impartidas por el jefe de Policía de la provincia y del mismo ministro no concurría a prestar la ayuda solicitada por las autoridades municipales de aquel distrito14. Por esos mismos días El Argentino reflejaba en sus páginas esta situación, afirmando que si bien por el momento había calma, "la actitud amenazadora de los yrigoyenistas es constante" y habían decidido realizar obstrucción permanente y ya pensaban en la sucesión en el gobierno provincial. A su vez, en los diferentes diarios de la ciudad de Buenos Aires se plasmaba la lucha de los yrigoyenistas contra Crotto15.

 

Las interpelaciones se convirtieron entonces, en una de las armas que esgrimió el radicalismo yrigoyenista para, más que oponerse, molestar, levantar cargos y acusaciones y crear dificultades en el ejercicio del gobierno del doctor Crotto. Simultáneamente a las mismas, la presión que ejerció aquel sector, apoyado ampliamente por el presidente Hipólito Yrigoyen, creó las condiciones de inestabilidad necesarias para que por fin el gobernador renunciara y dejara expedito el camino a la elección, en 1922, y esta vez sin dudas, de un yrigoyenista, el ex interventor, José Luis Cantilo.

 

Notas

1- Véase: FERNANDO E. BARBA, "El proceso electoral de 1917 en la provincia de Buenos Aires y el triunfo radical", en Anuario del Instituto de Historia Argentina Nº 7, La Plata, 2007, p.7 y ss.

2- DIARIO DE SESIONES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, desde ahora DSCD, 1918, T.I, p. 325,337, 338 y ss.

3- DSCD, T. I; 1918; p.360 y ss.

4- EL DÍA, La Plata, 16 de mayo de 1918.

5- EL ARGENTINO, La Plata, 14 y 17 de junio de 1918.

6- Ibídem, T. II; p.1197 y 1224 y ss.

7- EL ARGENTINO, La Plata, 19 de mayo de 1919. El 21 de mayo se rechazó un pedido de juicio político al gobernador, EL ARGENTINO, 22 de mayo de 1919.

8- DSCD, T.I., 1919; p.304 y ss., 393, 401-411.

9- DSCD; 1919; p. 334 y ss; 411 y ss.

10- DSCD, 1919, T. I., p.358 y 358-360; sesión del 30 de mayo

11- Ibídem, 1919, T. I, p. 876 y ss y T. II, p.1072 y ss

12- DSCD, 1919; T. I; p.482 y ss. y 530 y ss.

13- Ibídem; T. II, p. 991 y ss; sesión del 18 de julio de 1919.

14- DSCD, 1920; sesión del 9 de junio: p. 286 y ss.

15-EL ARGENTINO, La Plata, "El momento político del radicalismo", 9 de junio de 1920, p.1, col. 3.

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Fernando Enrique Barba

Instituto de Historia Argentina, Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales, UNLP
fbarba@way.com.ar

 

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