viernes, 15 de enero de 2021

José Camilo Crotto - Parte 1

Un aspecto de la oposición radical yrigoyenista al gobernador Crotto, las interpelaciones parlamentarias

Resumen

José Camilo Crotto llegó al gobierno de la provincia de Buenos Aires por la incuestionable presión que ejerció el presidente Yrigoyen para que así sucediera. Sin embargo, rápidamente el apoyo presidencial habría de convertirse en oposición; este cambio se debió a que Crotto designó, sin consultar al presidente, a allegados suyos, no sólo como ministros sino que también, luego de desplazar a varios yrigoyenistas, nombrados en su momento por el interventor federal Cantilo, a amigos de su confianza. Desde entonces, la ruptura del radicalismo yrigoyenista fue inevitable; los nuevos opositores a Crotto lo atacaron de todas maneras a fin de lograr, cosa que consiguieron en 1921, su renuncia como gobernador. Una de las formas de oposición, fue a través de las interpelaciones, siendo las más importantes aquí estudiadas.

En la Unión Cívica Radical, el proceso previo a la elección de gobernador de la provincia de Buenos Aires fue por demás arduo y dificultoso. En efecto, este partido que ocupaba el gobierno provincial como consecuencia de la intervención federal decretada por el presidente Yrigoyen el 25 de abril de 1917 tenía, evidentemente, amplias posibilidades de vencer en las elecciones que debían practicarse en marzo de 1918. Sin embargo, se puede observar que dentro del radicalismo bonaerense se habían conformado dos líneas que, sin llegar a la ruptura, eran claramente opuestas, no en lo doctrinario sino como entendían la relación que debía llevarse con el presidente de la nación y en cuanto debían seguir sus designios, especialmente en lo inherente a la designación de los candidatos. 

Así, un sector se denominó provincialista, conformado por hombres formados en la provincia y de activa participación política en la misma y que defendían la autonomía provincial en todos los órdenes y del cual habrían de salir una parte importante del antipersonalismo, y, por otra parte, los metropolitanos, quienes respondían directamente a la influencia de Yrigoyen. La activa participación y presión que ejerció, permitió llegar al consenso y proponer la fórmula radical José Camilo Crotto- Luis Monteverde, siendo el primero quién respondía al presidente; ésta salida habría de producir, sin embargo, y muy rápidamente, una fuerte lucha intrapartidaria1, incluso por la aparición de situaciones impensadas al momento del triunfo sobre el partido Conservador.

Apenas asumido el nuevo gobernador, el 1º de mayo de 1918, y producido el nombramiento de los ministros, el sector yrigoyenista, que había apoyado la candidatura Crotto a ultranza, se vio sorprendido por las mismas a las que consideró inconsultas, ya que esperaban, de acuerdo al verticalismo que aceptaban naturalmente, que los nombres los aportara el presidente.

Los nuevos ministros, Tomás Puig Lomes de Gobierno, Nicolás Casarino en Hacienda y Enrique de Madrid de Obras Públicas, si bien eran destacados profesionales, no habían intervenido activamente en las luchas políticas llevadas adelante por los cívicos desde 1890 primero y por el radicalismo después, a partir de 1891.

Eran, radicales allegados a Crotto pero no al presidente, y, en La Nación del 8 de mayo de 1918, bajo el título "Nombramientos inconsultos", se señalaba que los hombres designados no reunían condiciones porque debían "merecer respeto público"; en realidad del yrigoyenismo, que ciertamente, como se ha dicho, no había sido consultado y esperaba colocar en los cargos a hombres salidos de sus filas. Días más tarde fueron nombrados ministros de la corte los doctores Manuel Escobar, Carlos Ballesteros, Enrique Rivarola y Américo Pereyra Míguez.

En las antedichas designaciones debe buscarse pues, el comienzo de un litigio que habría de llevar a Crotto a renunciar el 20 de mayo de 1921; esto fue consecuencia directa de los choques permanentes de los crottistas con provincialistas y metropolitanos o yrigoyenistas. Estos dos últimos sectores radicales fueron permanentes opositores de Crotto y no perdieron oportunidad para hostigar al gobernador y sus ministros.

Uno de los mecanismos utilizados por los opositores en su ofensiva contra Crotto fue a través de las varias interpelaciones que realizaron en la Legislatura, especialmente, en la Cámara de Diputados, y sobre las cuales se tratará. Las interpelaciones fueron muy interesantes en dos sentidos, el primero por los problemas planteados en si mismos y la importancia de los datos y referencias aportadas y, el segundo, para observar cómo se mantenían las viejas prácticas políticas, tan criticadas al "régimen" y cómo simultáneamente, se fueron ahondando las diferencias dentro de la Unión Cívica Radical.

Es posible notar asimismo que las interpelaciones tuvieron básicamente dos matices; aquellas que trataron sobre grandes temas que hacían al desarrollo provincial, tales como el Ferrocarril Provincial al Meridiano Vº, el camino a Bahía Blanca o problema de los canales de desagües e inundaciones periódicas y los que se refirieron a temas puntuales políticos, algunos de poca monta, como los producidos en Vicente López y Magdalena o el iniciado por los diputados socialistas, con el apoyo de la oposición radical, relativo a hechos ocurridos en Pehuajó en relación a la huelga agraria.

A los pocos días de iniciado el gobierno del doctor Crotto, el diputado radical Braulio Arturo Poblet Videla, de la cuarta sección electoral, presentó y fundó una minuta de comunicación al poder ejecutivo que habría de convertirse en una interpelación y ataque al gobernador por interpósita persona, a fin de que el Ministro de Obras Públicas diera explicaciones sobre la explotación del Ferrocarril Provincial. El pedido se basaba fundamentalmente en la enorme erogación que había realizado la provincia en la construcción del ramal principal, único por entonces, el que sólo representaba una pequeña parte del trazado aprobado. Cabe señalar que todo el proceso de licitación y construcción había corrido por cuenta de los gobiernos anteriores pertenecientes todos ellos al partido Conservador.

En la sesión del 29 de mayo el ministro de Madrid presentó un extensísimo informe sobre la construcción del ferrocarril, los problemas suscitados, las trabas impuestas por el poder ejecutivo nacional a favor de empresas extranjeras, los enormes costos y otros interesantes datos más; en fin, un informe que merece el estudio por separado ya que es un importante aporte sobre los manejos, muchos inapropiados, de los fondos del estado, entre otras cosas. Asimismo dejaba constancia que como empleado, en años anteriores, del Ministerio de Obras Públicas y en carácter de Ingeniero Inspector, había firmado una serie de informes, en muchos de los cuales asentaba una serie de observaciones, especialmente referidas a los costos excesivos. Pienso que precisamente, por esas funciones que había cumplido de Madrid, más que por el ferrocarril mismo, y a fin de ponerlo en evidencia tanto como a Crotto, es que Poblet Videla propuso y consiguió fácilmente realizar la interpelación; de otra forma, no se explica que antes del mes de la asunción se hicieran cargos al nuevo gobierno.

La exposición del diputado auspiciante, amplia y muy documentada, estaba dirigida en principio a demostrar como los gobiernos provinciales habían pagado sumas muy superiores a los costos reales, pero como afirmé, la intención evidente de imputar al ministro, quién como Ingeniero Inspector había avalado cada uno de los pagos e incluso, recibido el ferrocarril en 1916, en nombre de la Provincia, sin inventario previo; con estas imputaciones pretendía descalificar la designación realizada por Crotto.

Las expresiones vertidas por Poblet iban en dicho sentido; decía "haré la comparación de algunos renglones de este fabuloso presupuesto....firmado por el ingeniero inspector de Madrid". Afirmaba que se había pagado $ m/n 17.699 por kilómetro, mientras que los valores en plaza al momento de la recepción del mismo era de $10.600,; el certificado "lleva la firma del ingeniero Enrique de Madrid".

También acentuaba que en el movimiento de tierras, se había aprobado una nueva traza que demandó la construcción de dos puentes sobre el arroyo Saladillo, la planimetría de las obras y las variantes que se hicieron. Con respecto a las variantes, el diputado Demaría recordó que quién había bregado insistentemente por el desvío era el exintendente de Saladillo, señor Rivero, que "era socio del ex ministro de Obras Públicas, doctor (Tomás) Sojo". A ello agregó Poblet que esa variante no se justificaba por causa alguna "a no ser por el hecho de que pasa por el campo de la familia del doctor Sojo"2 . En efecto, la traza original corría sobre la banda norte del mencionado arroyo, y al realizar la variante hubieron de hacer los puentes, uno para ir al sur y otro para retomar la traza que iba rumbo noroeste.


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