jueves, 4 de julio de 2019

Los discursos de Yrigoyen y Alvear sobre política exterior (1916-1930) - Parte 4


Un tema importante es la política de reconocimiento, acorde con la matriz idealista-juridicista de la gestión, de los nuevos estados europeos que surgen tras el fin de la guerra, como Finlandia, Polonia, Georgia, Checoeslovaquia, Austria, Armenia, Hungría, Estonia, Ucrania, Lituania, Yugoeslavia y Letonia. También en 1918 se menciona el reconocimiento del gobierno ruso de Kerensky.

Esta política se basaba en la creencia de que su reconocimiento como estados "libres e independientes, como consagración de los ideales democráticos de diversas nacionalidades" contribuía a generar "la igualdad de los Estados en sus funciones de entidades internacionales" (AL, 1922, 273/4). Nuevamente los presupuestos idealistas, como el de la igualdad soberana, tantas veces profesados por esa administración aunque este reconocimiento también obedece a motivos económicos, ya que se habían:
... acreditado funcionarios consulares en aquellos que, como Checoeslovaquia, Finlandia, Yugoeslavia y Polonia, nos prometen un intercambio comercial muy importante, habiéndose también enviado por primera vez cónsules generales de carrera a Bucarest, Belgrado, Sofía, Dublín, Nueva Orleans, Dantzig, Egipto y Austria. (AL, 1922,273/4)

En el mensaje de 1922 se hace una evaluación de la gestión y de cuáles fueron los marcos de acción. Allí se dijo que:
Nuestra acción internacional se ha desenvuelto dentro de dos órdenes de problemas a saber: generales de todas las naciones y continentales y limítrofes, sin que por ello estos distingos quieran significar clasificaciones, sino simplemente esferas de política.
La seguridad y bienestar de la república, como ley suprema del Estado, no radica simplemente en su tranquilidad interna, ni en el desenvolvimiento material de sus riquezas: es preciso que el nombre y el prestigio del país en su valor moral de entidad internacional, sean conocidos y respetados por los gobiernos y pueblos de la comunidad civilizada. (AL, 1922,272)

En estos dos párrafos se sintetiza el lineamiento de política exterior del primer gobierno. Esta política cuenta con dos esferas donde América es el núcleo a través del cual nos comunicamos con el mundo. El segundo es un buen ejemplo del ideal krausiano-yrigoyenista. En él está presente el estilo retórico, que para Tulchin11 "representa un dilema para el historiador", pero también es la demostración más clara de que esta doctrina "se despliega en todo su esplendor" en el ámbito internacional12.
Aquí es claro el concepto de personalidad moral, como señala Alvarez Guerrero:
... la personería de la Nación se expresa a través del Estado, no es originaria, sino derivada. La Nación es un conjunto de personerías, es un organismo constituido por varios otros, la base de todos los cuales es siempre el hombre, como individuo... Los principios de respeto y de paz, de igualdad y de no intervención son los productos de la reparación moral de la Nación, a través de la restauración del individuo como entidad soberana... Las relaciones de la Argentina con el resto del mundo, se basaron en el principio de la "personalidad" de la Nación... .13



Como vemos, muchos de los ideales expresados con respecto a las relaciones internacionales, son producto de este pensamiento. Y para relacionarlos también con la precariedad de concepto mencionada en el capítulo anterior, observamos como a partir de la idea de "reparación" se fueron constituyendo en base para el accionar de gobierno.
Esta posición, llamada principista por algunos especialistas, es atacada por los que sostienen que ésta "tenía una orientación en favor del prestigio, no del poder"14, no percibiendo el elemento económico que siempre está presente, además de buscar traducir en espacios de acción la potencialidad simbólica de lo político.


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