domingo, 14 de abril de 2019

Conformación del Estado Nacional (1854-1900) - Parte 1


A partir de la caída de Juan Manuel de Rosas, tuvo lugar en la Argentina la etapa decisiva del proceso de formación del Estado Nacional Argentino, cuyas bases principales, según Oszlak (1982) han sido la “dependencia, faccionalismo, arcaísmo ideológico y corrupción”. Por Estado, se entiende generalmente a una organización capaz de imponer un acatamiento de su autoridad por parte de la población, apelando tanto al ejercicio –o a la amenaza de ejercicio– de la violencia efectiva y al consenso. (Strasser, 1986). El Estado es un ordenador de la sociedad, que articula o arbitra intereses contrapuestos o incompatibles entre sí, constituyéndose en instrumento y garantía de un cierto tipo de orden, que no es neutral, sino que responde al equilibrio de fuerzas que interactúan en la sociedad a su cargo. La Nación, en tanto, alude a un orden cultural (lenguas, religiones, tradiciones, formas de vida, etc.). La cronología de los procesos de construcción del Estado y los de la Nación generalmente no son coincidentes.

Según Oszlak, sólo puede hablarse de Estado-Nación cuando se establece un sistema de dominación que sintetice las siguientes capacidades: 1) de manifestar y externalizar su poder; siendo reconocido como soberano por otras unidades estatales; 2) de institucionalizar su autoridad, asumiendo el monopolio de la violencia legítima; 3) de burocratización y diferenciación de sus funciones; 4) de imponer alguna forma de identidad colectiva y de pertenencia social. Su autoridad se ejerce sobre un territorio determinado, que a la vez constituye un espacio económico (mercado) donde se establecen relaciones de producción específicas.

En la Argentina, el proceso de formación del Estado Nacional se desarrolló durante la segunda mitad del Siglo XIX, en el marco de un complejo proceso marcado por la dependencia externa, la corrupción, la consolidación de minorías oligárquicas caracterizadas por su arcaísmo ideológico, sus prácticas de corrupción y la concentración de los medios de producción y el recambio poblacional, a costa del exterminio de buena parte de la población preexistente (pueblos originarios, mestizos y afrodescendientes). Estas características dejaron su huella en los procesos de institucionalización y de adquisición de los rasgos fundamentales de ese Estado Nacional oligárquico, y muchas de ellas perduran hasta nuestros días.

A continuación, se analizarán las principales características de ese proceso de construcción de la estatidad y la institucionalidad política para el período 1854-1880, como marco conceptual para el análisis de las fuentes documentales de la Cámara de Diputados de la Nación.

Contexto histórico mundial

El proceso de construcción del Estado Nacional Argentino se desarrolló en un contexto histórico de expansión de los imperios contemporáneos de Occidente, caracterizado por la imposición a escala mundial del capitalismo y de las relaciones sociales que le son propias. (Hobsbawm, 1997) (Lettieri, 2008). En atención a las exigencias que imponía la configuración de este nuevo sistema de dominación, las sociedades periféricas debieron garantizar un cierto orden institucionalizado, que tanto asegurara la paz interior como un cierto reparto de riquezas y de poder a nivel nacional, cuanto afirmara, a través de la sanción de un texto constitucional, los bienes e inversiones de los capitales extranjeros. El nuevo sistema capitalista impuso una forma característica de reparto de funciones, la denominada División Internacional de Trabajo, que asignó a las potencias occidentales el monopolio de la actividad industrial, de las inversiones y la explotación de los servicios y comunicaciones en las sociedades periféricas, condenando a estas a la producción exclusiva de alimentos, minerales y materias primas. (Cardoso, 1977). El nuevo Pacto Colonial implicaba una distribución desigual de los excedentes y la destrucción de las producciones locales competitivas con las manufacturas imperiales por medio de la imposición del librecambio. Asimismo, el nuevo ordenamiento de tareas en las economías dependientes estuvo acompañado, en muchos casos, de un violento proceso de recambio demográfico, que permitió colocar el excedente poblacional europeo en otras regiones del planeta. En nuestro país, este proceso de recambio adquirió las características de un verdadero genocidio. 


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