Los intentos de
enajenar el Banco de la Provincia fueron varios y diversos. En 1862 hubo un
proyecto de Dalmacio Vélez Sarsfield para nacionalizarlo, y otro de Norberto de
la Riestra para privatizarlo; pero ambos chocaron con la oposición de
comerciantes y productores.
Después, el Banco de la Provincia se expandió hacia
el interior bonaerense, y la plaza bancaria porteña se hizo plural, con la
formación de entidades nuevas como el Banco de Mauá, y el Banco de Londres, entre
otros. Hacia el año 1870 renacen los intentos de nacionalizar el Banco
Provincia, que tampoco esta vez logran consenso y, finalmente, en 1872 se funda
el Banco Nacional como entidad privada. Faltaba una política monetaria
nacional; en el interior del país había varios bancos emisores de billetes, no
siempre con la garantía suficiente. La expansión de la red ferroviaria
favorecía las urbanizaciones, pero el proceso de rápida valorización
inmobiliaria estimulaba la especulación.
El estado nacional contrató en oro, un
empréstito externo para obras públicas, cuyo capital depositó en el Banco de la
Provincia y, por lo tanto, alimentó el circuito comercial... y también la
especulación, pues las inversiones productivas eran pocas. La crisis financiera
internacional se desencadenó en 1873, y encontró a la Argentina con un balance
desfavorable en su comercio exterior. Caían los precios de la lana, y para
nivelar el déficit hubo que exportar oro, afectando la garantía del circulante.
También hubo que contratar empréstitos, cuya cobertura tuvo a favor un oportuno
crecimiento de la agricultura, pero exigió un fuerte sacrificio presupuestario
y fiscal. El Banco de Mauá, enorme “holding” que operaba en Brasil, Uruguay y
Argentina, había alcanzado gran influencia en el desarrollo de estas economías,
fundando la Compañía del Gas de Montevideo, la Compañía de Navegación del
Amazonas, y muchas otras. Su propietario, Ireneo Evangelista de Sousa, había
sido ennoblecido por don Pedro II de Brasil como Barón y Vizconde de Mauá, lo
que da idea de la trascendencia a que apuntaban sus empresas.
Por eso, su
quiebra fue una catástrofe más para este castigado panorama. El Banco de la
Provincia de Buenos Aires vio entorpecida, pero no detenida, su marcha
expansiva a causa de la crisis. Mantuvo a salvo su crédito exterior, hasta en
la fase más alarmante de la crisis, hacia 1876 y, como bien señala la
historiadora Lía Sanucci, ayudó a salvar al país de una bancarrota
generalizada. Entre 1875 y 1881 no se habilitaron nuevas sucursales, salvo el
traslado de la filial que funcionaba en Capilla del Señor (cerrada el 31 de
diciembre de 1880) hasta la ciudad de Luján, donde las operaciones se
reabrieron el 3 de enero de 1881.
Ese ciclo fue denso en problemas económicos y
políticos. No hay que olvidar el esfuerzo que, a los gobiernos nacional y
provincial, significaron las grandes obras realizadas en el oeste bonaerense,
bajo la gestión ministerial del doctor Adolfo Alsina. El nombre de “la Zanja de
Alsina” incluye mucho más que la excavación en un campo vacío. El “desierto” no
era un vacío, y la obra constituía un programa de gobierno para activar dos mil
leguas superficiales, que representan para el pastoreo y para la producción
cinco millones de vacas... según lo expresaba el propio ministro Alsina. La
Zanja no estaba concebida contra las tribus indígenas, sino para entorpecer el
paso de las vacas. Se trataba de cortar las antiguas rastrilladas e impedir los
arreos de ganado, robado a las estancias de cría, y vendido en el centro
clandestino de Valdivia (Chile). La zanja se complementaba con seis
comandancias y ciento nueve fortines, y con la red de líneas telegráficas que
comunicaban a las terminales ferroviarias con la capital. Por ley provincial
del 7 de agosto de 1876, el Banco de la Provincia quedó autorizado para abrir
al gobierno nacional el correspondiente crédito, a los efectos de financiar las
obras. Pero la muerte del doctor Alsina (el 29 de diciembre de 1877) y su
reemplazo en la cartera militar por el general Julio Roca, originaron un cambio
de conceptos en el manejo de la cuestión.
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