domingo, 16 de diciembre de 2018

UN HOMBRE DE DERECHO - Parte 2


En la primera asamblea a la que concurrí -todos los meses había una- vi cómo cualquier afiliado podía dirigirla y pregunté: “Por qué usted dirige esto, ¿cómo sabe?” y me contestó: “Por el ABC de Juan B. Justo”. “¿Qué es eso?” “Juan B. Justo dijo: Actas, Balance, correspondencia”. Ello significaba que cualquier afiliado, por modesto que fuera, podía presidir una asamblea. Léase el acta, lea el balance, lea la correspondencia, etc. Claro, eran ciudadanos, no hay ninguna duda, no pedían nada, no pedían cargos, no era el asistencialismo, sentían el orgullo de ser parte activa del partido. Yo fui socialista porque era lo más transparente y yo soy un demócrata. Si ustedes me preguntan qué soy políticamente. Yo les digo: soy demócrata en toda la extensión que yo le doy a la palabra y que he expresado en mis libros.”

Tempranamente Arturo Jauretche caracterizó a Carlos Fayt en el lejano 1958: “El personaje que están fabricando es un doctorcito Fayt que un día, con el título nuevecito, un sombrero aludo de esos de ribete, y tres guantes, los dos para ponerse y el de llevar en la mano, se apareció en FORJA y se afilió. Pidió en seguida la tribuna y se la dimos tres veces. A la tercera lo llamé y le dije: “Vea, joven, usted no entiende lo que es FORJA, porque usted es un liberal crudo y su puesto está en el Partido Socialista. Acerté, porque actualmente actúa en el mismo y habla, habla, habla,  ¡ la pucha que habla!, y tiene prensa a bocha como que La Nación y La Prensa le dedican todas las semanas su buen cuarto de columnas”.

En su activo está el no haber formado parte de la mayoría automática en la Corte Menemista. En medio de la crisis del 2001 se opuso a la pesificación de los depósitos bancarios. En su pasivo, voto en disidencia cuando la Corte declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

Fue el cortesano que estuvo más tiempo como miembro de la Suprema Corte, nada menos que 32 años. Para ello hubo que hacer una excepción a lo dispuesto por la Constitución de 1994.

Los constituyentes que redactaron la reforma fijaron como tope para los jueces de la Corte la edad de 75 años, a partir de los cuales debían jubilarse o buscar un nuevo acuerdo del Senado para seguir en el cargo. Como Fayt ya tenía esa edad consideró que sus derechos habían sido vulnerados y comenzó una causa judicial que llevó a que la  Corte que en 1999  declarara inconstitucional una cláusula constitucional.

Se opuso a la ley de medios de comunicación audiovisual. En agradecimiento, Clarín a través del almidonado abogado Ricardo Monners Sans, denunciador crónico alineado siempre con los intereses y línea editorial del medio, con un pasado socialista, escribió, también un 16 de septiembre: “¿Cuándo nos conocimos Carlos? Yo creería que alrededor de 1956, en lo que quedaba del subsuelo de la Casa del Pueblo del viejo Partido Socialista, saltando entre los escombros de los incendios provocados por los oficialistas del tramo del primer Perón : abril de 1953……..Cuando se retira un grande de la función pública, que callen los artífices de la trenza o los aspirantes a estatua. Porque ya casi no quedan grandes”  Seguramente el abogado denunciador hace referencia sin mencionarla a  la reacción ante el atentado terrorista en la Plaza de mayo del 15 de abril de 1953 con la detonación de dos bombas mientras se realizaba un acto sindical organizado por la CGT en la Plaza de Mayo. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario