El Doctor Frondizi sintetizó los aspectos fundamentales de
su política petrolera en estos 10 puntos:
Primero. Obtuvimos del Congreso la nacionalización del
petróleo a través de una ley que declara que la propiedad de los
yacimientos pertenece exclusivamente al Estado Nacional y que YPF es
la única entidad que controla y dirige la producción total de esos yacimientos.
Somos, pues, los únicos dueños de nuestro petróleo. Es y sigue siendo propiedad
de la Nación, con o sin contratos.
Segundo. Además, para ser dueños de algo es necesario
tenerlo en las manos. Los peces del mar no son riqueza nuestra ni de nadie
hasta que no se los pesca. En la Argentina el petróleo es nuestro a medida que
lo sacamos del fondo de la tierra. Nosotros nos propusimos alcanzar el autoabastecimiento
y transformar el país en potencia exportadora. Para eso reforzamos la capacidad
productiva de YPFy multiplicamos las inversiones y la actividad de la
empresa estatal, que duplicó en cuatro años la producción propia por
administración de petróleo y gas, que pasó de 5,3 millones de metros cúbicos en
1957 a
10,6 millones en 1962.
Tercero. Sin embargo, como era totalmente
imposible que YPF alcanzara por sus propios medios ese objetivo, entre otras
razones porque la Nación carecía de recursos suficientes, decidimos llamar a
colaborar en la explotación de nuestros yacimientos al capital nacional y
extranjero. Las compañías con que se firmaron contratos de locación de
servicios y de obra fueron grupos independientes. Solo después que esos
contratos fueron suscriptos, las grandes compañías abandonaron sus reticencias
y aceptaron incorporarse al nuevo régimen.
Hay que destacar que compañías filiales de los dos grandes
grupos mundiales no obtuvieron petróleo en sus áreas. En cambio, casi todas las
otras compañías tuvieron éxito, hasta el punto que su producción representa el
treinta por ciento del total del petróleo que ese extrae en el país. Es
paradójico que las filiales de los dos grandes grupos, que no produjeron
petróleo, obtendrán del Estado, si se mantiene la nulidad de los contratos, la
devolución de gran parte de sus millones de dólares invertidos.
Cuarto. Las áreas que trabajan las compañías
constituyen el 8,8% de las reservas comprobadas que existían en 1958 en el
país; YPF conservó el 91,2% restante. No es verdad, pues, que se haya entregado
a los contratistas las zonas más extensas o más ricas.
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