lunes, 15 de enero de 2018

Una aventura por los mitos y sabores de la cocina argentina - Parte 7

En la provincia de Córdoba la inmigración alemana, suiza y austríaca convirtió a la localidad de Villa General Belgrano en una comarca europea con exclusiva repostería, chocolates exquisitos y las mejores cervezas artesanales. 
En sus restaurantes es un clásico el húngaro goülash mit spätzle, un plato muy condimentado a base de pequeños trozos de lomo que se cocina en su salsa con pimienta y se acompaña con pequeños “ñoquis alemanes”. En Misiones, ucranianos y polacos impusieron los varenikes de papa y el repollo cuajado, y los alemanes, los exquisitos embutidos de cerdo.

La Patagonia conserva sus raíces mapuches y tehuelches a pesar de los hábitos alimenticios que trajeron los colonos europeos. El curanto es una de las preparaciones mapuches más significativas, ya que tiene lugar para agradecer a la Pachamama las cosechas prósperas. Además de ser sabroso, este plato es una verdadera ceremonia comunitaria y de comunicación. 

Se debe cavar un pozo en la tierra de unos 30 centímetros de profundidad y un metro de ancho, donde se colocan piedras calentadas con leños. Se cubren con hojas de maqui o nalca (arbustos de la zona) y sobre ellas se coloca la carne vacuna, el pollo o el cordero junto a distintas verduras. 

Los ingredientes se cubren con otras hojas y lienzos húmedos y se tapa el pozo con la tierra. Al cabo de una hora la comida está lista y el sabor ahumado de los alimentos es incomparable. De postre, zapallo al rescoldo. El complemento ideal.

La chicha y el muday son bebidas alcohólicas típicas de la Patagonia. La primera se elabora con maíz fermentado –del mismo modo que en el norte argentino– y el muday con trigo, agua y miel. En Neuquén, todavía se consume la chica de piñones –fruto del pehuén–, llamada chavid, herencia de los pehuenches.

La cocina galesa es ya patrimonio patagónico: el stew –estofado de carne vacuna o de cordero–; el viracho (lomo de ciervo) al escabeche y la torta galesa, son promocionados por fuerza de la costumbre como preparaciones “típicas” del sur argentino. La repostería de las mujeres galesas trascendió los límites de la región: los dulces y jaleas de manzana o de frutos rojos, que abundan en la zona son conocidos y consumidos en todo el país.
Impronta gourmet

No hay comentarios.:

Publicar un comentario