Cada 7 de octubre se celebra el día de la ciudad, en
homenaje a Nuestra Señora del Rosario. Al contrario de otras ciudades, como
Córdoba, Santa Fe o la misma Buenos Aires, que festejan su día en el
aniversario de su fundación, Rosario lo hace el día de su virgen patrona.
Ahora bien, ¿a qué se debe ello? ¿Acaso Rosario no tuvo
fundador? ¿Es sólo devoción religiosa elegir el día de la Virgen o se puede
afirmar que ella tuvo alguna “influencia urbanística”?
Repasemos la historia
para dilucidarlo.
En primer lugar, corresponde hacer referencia al primer
poblador o “explotador” de estas tierras, el capitán Luis Romero de Pineda,
descendiente de los primeros pobladores de Santa Fe y partícipe del traslado de
dicha ciudad, en la década de 1660,
a su actual ubicación. Lo cierto es que Romero también
se dedicaba, como muchos en su época, a la ganadería, interesándose en tierras
que se ubicaban al sur de Santa Fe.
Así fue como en 1689 logró que el
gobernador de Buenos Aires, don José de Herrera y Sotomayor, le donara a nombre
del rey (en agradecimiento por sus servicios y los de sus antepasados), todas
las tierras fiscales disponibles sobre el río Paraná en lo que se conocía como
“el Pago de los Arroyos”, “entre el paraje que llaman de Salinas (Arroyo
Ludueña) y el lugar que llaman La Matanza” (Arroyo Seco).
El acto de toma de
posesión se concretó el día 27 de diciembre de aquel año; no obstante, cabe
aclarar que Romero no realizó acto de fundación alguno, conforme a los
requisitos que establecía la Recopilación de Leyes de Indias, limitándose a la
compra de terrenos para la explotación del ganado y sin llegar a abandonar su
casa en Santa Fe.
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