En
esa ocasión el ministro de Relaciones Exteriores de Alfonsín expuso la
propuesta argentina:
La
democracia argentina no acepta la trampa en la que el sistema financiero
internacional y las minorías a él asociadas la han colocado al generar esta
agobiante deuda externa. Los estados nacionales han sido usados para apañar a
estos grupos especuladores.
El destino del continente está en salir fuera de
esta trampa. (…) La crisis que sufrimos quizás tenga como contrapartida la
creación de una oportunidad invalorable para convertir finalmente en realidad la
integración de América Latina y del Caribe.
Dante
Caputo, ministro de Relaciones Exteriores
Los días 21 y 22 de junio de 1984 los cancilleres y ministros de Economía de
Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Perú, República
Dominicana, Uruguay y Venezuela se reunieron en la ciudad colombiana de
Cartagena para formar el Grupo de Cartagena en la que no prosperó la posición
máxima impulsada por Argentina de crear un mecanismo práctico del más alto
nivel para la actuación conjunta en las negociaciones de la deuda externa,[38]
pero que emitió un documento denominado Consenso de Cartagena que creó un
mecanismo de consulta y seguimiento regional. En 1985, el Grupo de Cartagena
consideró insuficiente el Plan Brady.
El
Grupo Contadora y el Grupo de Apoyo a Contadora (Grupo de los Ocho)
Con
un espíritu similar al que inspiraba el Grupo de Cartagena, el gobierno de
Alfonsín impulsó una acción multilateral conjunta de las democracias
latinoamericanas para garantizar la paz y la democracia en la región.
Con
ese objetivo el gobierno argentino impulsó el apoyo al Grupo Contadora, una
iniciativa de acción conjunta para promover la paz en Centroamérica que habían
establecido Colombia, México, Panamá y Venezuela en enero de 1983.
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