En
abril de 1988, Argentina entró en moratoria del pago de su deuda externa. En
agosto la inflación alcanzaba el 27,6% mensual. En octubre entonces, el
gobierno de Alfonsín puso en práctica un plan de salvataje, el Plan Primavera,
cuyo objetivo primordial era llegar a las elecciones con la economía bajo un
mínimo de control.
Básicamente consistía en un acuerdo de moderación del
aumento de precios con la Unión Industrial Argentina y la Cámara Argentina de
Comercio y un nuevo régimen cambiario, en el que el Estado intermediaba en la
compra y venta de divisas.
El
Plan Primavera duró poco. Los operadores cambiarios lo rechazaron, no generó
confianza y adicionalmente a comienzos de 1989, el Banco Mundial suspendió su
ayuda a la Argentina. El 5 de febrero, el ministro Juan Vital Sourrouille, el
presidente del Banco Central, José Luis Machinea, y el secretario de Hacienda
del Ministerio de Economía de la Nación, Mario Brodersohn, resolvieron aplicar
cambios en la política económica.
Para ello dispusieron decretar un feriado
bancario por 48 horas. Ante los rumores de inestabilidad, se inició una corrida
masiva hacia el dólar. La inflación, que en febrero de 1989 era del 9,6%
mensual, alcanzó 78,4% en mayo, mes de las elecciones presidenciales, adelantadas
intencionalmente por Alfonsín (algo que consideraría luego un grave error).[26]
La hiperinflación de 1989, llevó la pobreza de 25% a comienzos de 1989, al
record histórico de 47,3% en octubre del mismo año.[27]
En
las elecciones presidenciales del 14 de mayo, el candidato de la Unión Cívica
Radical, Eduardo Angeloz, fue derrotado por Carlos Menem. Pero aún faltaban 7
meses para la fecha de entrega del mando que debían transcurrir en medio de la
hiperinflación. Ante el riesgo de disolución del Estado y la eventualidad de un
nuevo golpe militar, Alfonsín renunció el 9 de julio de 1989 para anticipar la
entrega del mando a Carlos Menem ya que por esos días una escalada de saqueos
se dieron en todos los comercios y supermercados del país por parte de la población
marginal.
Fueron unos días de mucha tensión, violencia y robos descontrolados.
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