El amanecer de un martes de mayo de 1932, en un yuyal a
pocos metros de la calle Llavallol y la futura avenida General Paz, apareció
asesinado Nutryj, un linyera que merodeaba o mejor dicho, sobrevivía, en esa
zona de excavaciones de los viejos hornos de ladrillos. El periódico barrial
“La Razón de Villa Devoto” de la edición del día 14, publicaba una foto donde
una multitud de niños se apiñaban alrededor del cadáver.
Poco agregaba el relato periodístico “descubierto el cadáver
el día martes…el personal policial se encuentra trabajando en relación al
alevoso crimen del súbdito polaco Diort Nutryj, de 25 años, casado, de quien no
se conoce domicilio ni profesión…se presume producto de una venganza o de un
robo, cuyos autores hayan sido otros vagabundos que merodean los terrenos
adyacentes al Ferrocarril Central Argentino”
En la edición siguiente del mismo periódico, continuando la
nota anterior, incluía una foto donde aparecía un policía con una enorme
plancha de hierro, que según se afirmaba, “era el arma homicida con la cual le
habrían partido el cráneo y le produjo su deceso”.
Muchas conjeturas se construyeron sobre vida y trágica
muerte de Nutrij, hecho que sacaría de la rutina habitual a aquellos vecinos
del nordeste devotense, el tiempo se encargo de sepultar esta historia, cuanto
misterio quedo encerrado en ese final del joven polaco, cuantas ilusiones
posiblemente enterradas con su triste final.
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