- Las obleas rellenas fueron lanzadas en 1905 pero,
recién tres años después ante la inauguración del Teatro Colón de Buenos
Aires, comenzaron a llamarse Opera. Hoy, es una de las marcas emblemáticas
de Bagley. Casi un siglo después, se amplió su portfolio: salieron al mercado
las Ópera Pop y Cool y las Ópera Triple, que viene con tres capas de relleno; y
las Black.
- Las Criollitas fueron lanzadas en 1943 y
rápidamente se convirtió en un éxito. Se presentaron como livianas, crocantes y
sabrosas. Ese mismo año, Bagley había comenzado a utilizar la tecnología
paquete, un envase más práctico e higiénico, desconocido hasta entonces. Hasta
entonces, las galletitas se vendían sueltas al consumidor y a granel en lata a
los comerciantes.
Con el paso de los años, esta marca se convirtió en un
verdadero genérico que identifica a las crackers, un logro que muy pocas marcas
han alcanzado en categorías como las hojas de afeitar, los calmantes para los
dolores de cabeza o los bolígrafos.
Si a principios de los '90, los consumidores se sorprendían
con la versión "Más grande", en 1994 llegaría una propuesta más
saludable: las Criollitas sin sal agregada. En 2000, se lanzaron las Lacteadas,
ricas en calcio, ideales para un público infantil.
- También en 1943 se lanzaron las Surtido y las
Tentaciones, que se vendían pre envasadas en elegantes latas decoradas.
- En la década del '60, aparecieron las Merengadas,
Sonrisas, Rex y el trío integrado por Mellizas, Amor y Rumba, ésta última se
convirtió líder en el segmento de las galletitas de chocolate.
Las Rumbas se fue independizando del trío y llegó "Yico
Rumba, un particular personaje que fue adquiriendo protagonismo absoluto en las
campañas publicitarias. En 2011, amplió además su portfolio con Rumba
Chocolatosa, hecho con galletitas de chocolate y relleno de crema de
chocolatada. En 2013, se lanzó otra variedad: Rumba Banana Split.
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