lunes, 24 de octubre de 2016

Bagley - Parte 1


¿Cuál es la historia "secreta" de las galletitas preferidas por los argentinos?

Muchas marcas emblemáticas -como Criollitas, Ópera y Merengadas, han acompañado las meriendas y desayunos de varias generaciones de consumidores. ¿Por qué se llaman así? 

¿Qué hito histórico acompañó su lanzamiento?

Muchas marcas emblemáticas de galletitas –como las Ópera, Sonrisa, Rumba, Chocolinas, Amor, Merengadas, Criollitas y Rex- han acompañado las meriendas y desayunos de varias generaciones de argentinos. Todas ellas esconden una historia que marcaron un hito en este negocio.


La fabricación de galletitas para consumo masivo arrancó en 1875 de la mano de Bagley, cuando por una resolución del  ministerio de Economía, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, se eximió a la compañía del pago de impuestos aduaneros para que pudiera importar las maquinarias necesarias para elaborar ese alimento.

Hasta ese momento, las galletitas que se atesoraban en las alacenas de los argentinos llegaban del otro lado del Atlántico, más precisamente del Reino Unido.

- Lanzada en 1875, Lola, la primera galletita de esta compañía en salir a la venta, tuvo una gran aceptación por parte del público, incluso en los sanatorios las incluían en sus dietas para pacientes internados. No tenía agregados artificiales.

Se cuenta que una persona que visitaba a un familiar en un hospital vio a un enfermero llevar una camilla hacia la morgue con un paciente recientemente fallecido y entonces le dijo a alguien que lo acompañaba:"Este no quiere más Lola". Fue así que la expresión se metió en la cultura popular argentina para describir a alguien que se da por vencido.


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