Sin embargo, este abandono no se extendió necesariamente a toda la zona. En
efecto, la inutilidad del puerto diseñado por Madero no impidió que durante
varias décadas se desarrollara de espalda a sus instalaciones una movida
popular memorable, en el corazón mismo de la Costanera Sur.
En 1918 se inauguró el Balneario Municipal , en el que en sus épocas de
esplendor se dieron cita unas 45.000 personas por semana. Asimismo, a fines de
la década del 20, se abrieron por la zona una serie de cervecerías, que
ofrecían a los visitantes números de variedades (o varieté, como se llamaba en
la época). De allí surgieron cómicos reconocidos, como José Marrone y Adolfo
Stray. El lugar de encuentro más famoso fue sin dudas la Munich, que hoy es
sede de la dirección General de Museos.
Sin embargo, en la década del 50 la Costanera Sur empezó a perder terreno en las
preferencias de los porteños. El río comenzó a dar evidencias de su creciente
contaminación y el balneario dejó de ser tan concurrido. Asimismo, las
cervecerías fueron cerrando y los números de variedades se habían mudado hace
un tiempo a la floreciente calle Corrientes.
En las décadas del 70 y 80 se rellenaron terrenos aledaños al río, clausurando
definitivamente el balneario y dando origen, sin saberlo, a lo que hoy es la
Reserva Ecológica . De esta manera, la zona se introdujo en un nuevo período de
ostracismo.
Fue recién en 1989, con la creación de la Corporación Antiguo Puerto Madero ,
que se tomó la decisión de incorporar definitivamente la zona al tejido urbano,
impulsándose también la simbólica reconciliación de la ciudad con su río.
La Corporación se hizo cargo de la comercialización de las 170 hectáreas que
conformaban la zona y en 1991 llamó a un Concurso de Ideas para pautar su
urbanización.
Finalmente, en febrero de 1992, tres proyectos resultaron ganadores del primer
premio. Según establecían las bases del concurso, tres integrantes de cada una
de las propuestas se unieron para constituir un nuevo equipo, responsable del
diseño del "Plan Maestro" .
Primero llegaron los restaurantes, convirtiéndose así en un sitio ideal para el
esparcimiento, luego se multiplicaron los edificios corporativos y las oficinas
comerciales, y hoy la tendencia son los departamentos residenciales.
En noviembre del 2004, el barrio más joven de la ciudad cumplió 15 años y se
encuentra en pleno crecimiento. Gracias a una transformación planificada,
Puerto Madero se convirtió en el símbolo de una Buenos Aires renovada, que
reconoce e incorpora al río que le dio origen, que comunica e integra al mundo
del trabajo y del entretenimiento, que invita a compartir y disfrutar una nueva
idea de ciudad.
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