miércoles, 23 de diciembre de 2015

“BELGRANO: LA DESCENDENCIA TUCUMANA” - Parte 3



Ahora bien, hemos dicho que Manuela Mónica, oficialmente apellidada Rivas, jamás usó este apellido y reiteramos, fue reconocida en forma expresa por su padre y así también al fallecimiento de este, por su familia en acuerdo con la madre, como una Belgrano. El reconocimiento de esta filiación y estado de familia fue tan categórico y de conocimiento generalizado, que esto permitió, que incluso en la partida de defunción se la apellide Belgrano, cuando en realidad legalmente adquirió el apellido después de muerta, cuando al abrirse su sucesión se hizo necesario acreditar su filiación “belgraniana” en forma documentada, Juan Carlos su esposo, tuvo que realizar una información canónica en la Iglesia Matriz de Tucumán para determinar este extremo, al cuál concurrieron como testigos oficiales del ejército de Belgrano, como así también vecinos que fueron de la amistad del prócer para entonces, ya fallecido. También constaba la filiación de Manuela Monica, en otra información sumaria referida a la propiedad de la ciudadela, efectuada por Isidro Helguero, hermano apoderado de Dolores, con anterioridad a la referida, mientras vivía la propia Dolores y Manuelita.

Este aspecto de la vida y la familia de nuestro máximo prócer, de allí el sustento para este artículo, ha sido investigado y publicado en diversos trabajos por Isaías García Enciso, ex presidente de nuestro Instituto Nacional Belgraniano, que tuvo acceso directo a original documentación familiar, cedida generosamente por los descendientes del Gral. Manuel Belgrano. En publicación futura, efectuaré conclusiones exclusivamente mías de acuerdo a la documentación existente, que hasta aquí no han sido efectuadas en otros trabajos. Lo hasta aquí comentado, es lo que podemos definir como la historia oficial, si cabe el término y el adjetivo.

por Luis Horacio Yanicelli



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