viernes, 8 de mayo de 2015

El puerto de Buenos Aires – Parte 3




Azcarate du Biscay, un viajero vasco con sobrenombre afrancesado confirma, pocos años después, la descripción del gobernador Dávila, al decir que: “...desde el Montevideo a Buenos Aires aunque hay un canal del lado norte, cuya mayor profundidad es de tres brazas, para mayor seguridad el viaje se hace cruzando frente a Montevideo hacia el canal sur porque es más ancho y tiene tres brazas y media de agua en el lugar menos profundo todo el fondo es fangoso, hasta dos leguas de Buenos Aires donde se halla un banco de arena, allí se toma práctico para ser conducido a un lugar llamado “El Pozo” justamente frente a la ciudad distante un cañonazo de la playa, adonde no pueden llegar más buques que los que tengan licencia del Rey de España; aquellos que no tengan semejante permiso están obligados a anclar una legua mas arriba.”

Como se ve por las descripciones el río frente a la ciudad, por la forma y características de sus fondos, hacía sumamente difícil el acceso por agua hasta cerca de la playa, ya que el frente de la población hacia el río estaba “protegido” por un gran banco de arena, llamado “Banco de la Ciudad”,de unas tres millas de ancho, que impedía el acceso directo, el cual debía hacerse por canales y canaletas que lo rodeaban y atravesaban hasta comunicar las “Balizas Exteriores”, detrás del “Banco de la Ciudad”, con las “balizas interiores” entre el banco y la ciudad, que eran un ancho canal abierto por el Norte pero cerrado al Sur (que es hoy la zona del viejo Apostadero Naval y del Puerto Madero), donde finalmente fondeaban las embarcaciones.



Hacia 1680 la población rondaba los 5000 habitantes. La economía de subsistencia fue evolucionado lentamente, gracias al capital invertido surgido del comercio, y se comenzó a explotar la producción de cueros y en menor medida de sebo y cecina (carne seca) que se obtenía del ganado cimarrón, que en esa época se movía libremente y sin dueño por los campos y era cazado en incursiones llamadas vaquerías. 

Otro motivo que acrecentó la importancia de la ciudad son las diversas confrontaciones limítrofes con los portugueses. Estos últimos, en ese mismo año, fundan Nova Colonia do Sacramento en la margen opuesta del Río de la Plata, frente a Buenos Aires. Esta ciudad que pasara de manos varias veces en los próximos siglos, contribuyó a desarrollar aún más el contrabando y significó una amenaza a la ocupación española de la región.


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