jueves, 30 de abril de 2015

LA FLORIDA (Alto Perú) - 25 de mayo de 1814 – Parte 1


Las fuerzas patriotas que intervinieron en a acción se parecian en el orden de uno mil hombres, de los cuales trescientos fueron aportados por Warnes y el resto por Arenales.

Las fuerzas realistas estaban a mando del coronel José Joaquín Blanco, hábil profesional y de un carácter y valentía similar a la de sus oponentes, que conocía la guerra de esta región de la América y en el la cual se había distinguido; sus efectivos sumaban unos mil doscientos hombres, seiscientos veteranos de infantería, quinientos jinetes y dos piezas de artillería de calibre 4.
La zona donde se libró la acción era montuosa, salvo algunos descampados en las inmediaciones del pueblo de La Florida, y en las adyacencias de las orillas barrancosas (más o menos dos metros de altura) del río Puay.
La vanguardia patriota –unos pocos jinetes- a órdenes del Comandante Mercado se ubicó en un pequeño descampado en el borde del monte existente en el linde norte del pueblo; la artillería sobre la barranca sur del curso de agua; la infantería en el borde sur de la playa, disimulando su emplazamiento con ramas y arbustos; en las alas de este dispositivo y un poco a retaguardia de la infantería, las unidades de caballería; a la derecha la del Coronel Warnes y a la izquierda la del Comandante De la Riva, ambas ocultas en el monte marginal y con la orden de entrar en acción –según criterio de sus jefes- en el momento oportuno y con la misión de rechazar a la caballería enemiga o completar la derrota de la infantería; una reserva atrás del dispositivo, cubierta por el monte, con órdenes de actuar protegiendo especialmente al ala izquierda de la posición patriota. Arenales se hizo cargo de la agrupación de infantería y artillería, reservándose el derecho de la orden de apertura del fuego.

Las acciones
En la madrugada del 25 de mayo, el coronel Blanco atacó a las avanzadas del comandante Mercado, las que retrocedieron lentamente para incorporarse a la caballería de Warnes como estaba dispuesto. Hasta el mediodía el jefe realista no pudo alcanzar la margen norte del río Piray, sin que su caballería pudiera darle datos ciertos sobre el dispositivo adversario. Pese a ello, emplazó su artillería en dicha margen, pero ya bajo el fuego de la artillería patriota, y en las condiciones adversas desplegó su propio dispositivo; un fuerte pique de avanzadas sobre la playa, la infantería en el centro y la caballería en las alas; así pudo trasponer el río, vadeable en ese momento en todas sus partes, ordenando el ataque general.

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