DARDO ROCHA, Biografía.
Juan José Dardo Rocha y Arana, nombre con el que figura
inscripto en la Parroquia de San Nicolás de Bari, fue iniciado masón en la
Logia “Constancia”, número 7, en 1858, cuando tenía 20 años y estudiaba
derecho.
Lo acerca a la masonería su padre, Juan José Rocha, notable
opositor de Rosas. Lucha bajo las órdenes de Lavalle y Garibaldi, quien a su
vez lo inicia Masón en la antigua Logia Constancia en 1855.
La influencia y el ejemplo de su padre se empieza a
vislumbrar en su hijo Dardo, a temprana edad. Es así que contando con sólo 17
años es miembro fundador de la Sociedad Unión. En 1856 ocupa su primer puesto
administrativo al ser designado Oficial primero de la Biblioteca Pública de
Buenos Aires.
El 26 de agosto de 1856 funda, junto con Luis María Campos,
el periódico manuscrito Eco Universitario.
Ya en 1858, año en que es iniciado, colabora en los
periódicos 11 de Septiembre y La Espadade Lavalle. En dicho año,
también se hace miembro del Ateneo del Plata.
En 1859 interrumpe sus estudios universitarios con motivo de
la guerra que estalla entre el Estado de Buenos Aires y la Confederación,
siendo designado Secretario del Jefe de la Escuadra, coronel don Antonio Susini
noble H:., de la Logia Lealtad Nª 6 y héroe de Curupaytí, revistando con el
grado de Subteniente 2ª de la Compañía de Cazadores del 2ª Batallón del
Regimiento Nª 1 de Guardias Nacionales de Infantería activa.
Dardo Rocha recibe su bautismo de fuego durante el ataque a
las baterías del Rosario, a bordo del vapor Guardia Nacional.
De porte inconfundible, con su habitual expresión paternal
en la mirada y delicadeza en sus modales, Dardo Rocha enseñó a hombres, jóvenes
y viejos, una lección de vida real, viviendo él la suya con la alegría interior
del optimismo que acompañó la realización de sus proyectos, la materialización
de sus sueños, siempre un ejemplo para sus HH. Así realizó su acción como
literato, periodista, militar, jurisconsulto, gobernante, diplomático y, sobre
todo, padre de familia.
Dardo Rocha era un trabajador activísimo que vivía la
preocupación constante del bien público.
Participaba en las comisiones internas, el recinto, abordaba
diversos asuntos, además de dilucidar complejas cuestiones doctrinarias.
Como buen demócrata, la veracidad en el sufragio tuvo en él
un franco iniciador para purificar los comicios y el voto libremente emitido,
como única forma de garantizar el origen popular del gobierno y asegurar el
orden social.
Los problemas económico-financieros no estuvieron ajenos a
su labor, apareciendo por primera vez en el país la legislación de tierras.
Otros aspectos que desarrolló fue la protección para la
radicación de industrias nacionales, favoreciéndolas con la disminución de
derechos aduaneros.
Proyectó la primera ley de patentes de invención, defendió
el plan por el cual Buenos Aires tiene obras de salubridad, combatió los
empréstitos extranjeros por considerarlos negativos para los intereses
nacionales.
Equipó al Ejército Nacional de buen material de artillería
para asegurar una paz con Chile por desinteligencias limítrofes.
Siguiendo con el tema de nuestras relaciones
internacionales, creció su gravitación política por un triunfo parlamentario,
el que a través de un concienzudo discurso rechazando un convenio donde se
cedían derechos inalienables de la Nación, mereció el apoyo de la opinión
pública y el aplauso de la prensa.
No menos importante fue su tarea como Gobernador de la
Provincia de Buenos Aires, ya que a él se debe la existencia de su capital, la
ciudad de La Plata. (Nombre elegido por el H:., José Hernández y diseñada por
el H:., Pedro Benoit), ayuda al H:., Rafael Hernández a la fundación de la
Universidad Provincial de La Plata, la que luego es nacionalizada por el H:.,
Joaquín V. González)
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