Poco más de un año antes había fallecido
prematuramente a los 36 años su tercera mujer, Carol Dunlop, de quien Cortázar
estaba profundamente enamorado. Nunca se recuperó de la pérdida. “Estoy
tan solo y tan deshabitado”, escribirá en carta a Silvia Monrós cuatro meses
más tarde.
Poco antes de la muerte de Carol, en
febrero de 1982, Cortázar –siempre comprometido con la situación que se
vivía en la Argentina- había proclamado un “Nuevo elogio a la locura”,
publicado en el periódico La República, en París, el 19
de febrero de 1982, luego de enterarse de que “los sicarios de la junta militar
argentina echaron a rodar la calificación de ‘locas’ a las Madres de Plaza de
Mayo”. Decía entonces: “la locura merece ser elogiada cuando la razón, esa
razón que tanto enorgullece al Occidente, se rompe los dientes contra una
realidad que no se deja ni se dejará atrapar jamás por las frías armas de la
lógica, la ciencia pura y la tecnología”. Y concluía más adelante: “Sigamos
siendo locos, madres y abuelitas de la Plaza de Mayo, gentes de pluma y de
palabra, exiliados de dentro y de fuera. Sigamos siendo locos, argentinos: no
hay otra manera de acabar con esa razón que vocifera sus slogans de orden,
disciplina y patriotismo. Sigamos lanzando las palomas de la verdadera patria a
los cielos de nuestra tierra y de todo el mundo”.
Reproducimos a continuación una entrevista que le hiciera el periodista
peruano Hugo Guerrero Marthineitz en 1973, donde Cortázar se explaya largamente
sobre diversos temas: sus comienzos como escritor, Borges, su militancia
política, sus gustos musicales, la pintura, etc.
Un reportaje de Hugo
Guerrero Marthineitz
La vuelta a Julio
Cortázar en 80 preguntas
Hace pocos días, el
showman, discómano y periodista Hugo Guerrero Marthineitz consiguió algo que
muchos colegas procuraron infructuosamente: dialogar un largo rato con Julio
Cortázar. El escritor argentino radicado en París y actualmente de paso por
Buenos Aires –donde acaba de editarse su último trabajo: El libro de Manuel- se encontró a eso de las 10 de la noche con Guerrero
y conversaron durante más de una hora y media frente a un grabador.
Posteriormente, en su programa “El show del minuto”, que se difunde diariamente
por radio Continental, HGM gratificó a sus oyentes con la reproducción de ese
diálogo: una apasionante excursión por el universo del talentoso autor de Rayuela. En esa íntima, reveladora conversación, Cortázar
habla de su infancia, de su vida cotidiana, del destino latinoamericano, de
Troilo y de Gardel, de sus razones para vivir en París, de la experiencia
política peruana, chilena y de las elecciones argentinas, de los jóvenes
escritores, de su trompeta… La gentileza de Hugo hace posible que, en este
número de Siete Días, los lectores que no
hayan escuchado la transmisión conozcan los pasajes fundamentales de éste,
seguramente el mejor reportaje a Cortázar.
Sé que no concede
habitualmente entrevistas. Ahora bien, ¿es cierto lo que se dijo, hace dos
años, a raíz de un viaje suyo a Buenos Aires, que usted cobraba sumas elevadas
por acceder a una entrevista?
Su pregunta se divide en dos partes. Yo accedo muy poco a entrevistas; en cuanto a la radio, tengo la impresión de que ésta es la primera, salvo incidentalmente el haber contestado una o dos preguntas frente a algún micrófono que circulaba en el curso de algún acto, una mesa redonda, en Europa sobre todo. En cuanto a que ya haya cobrado por entrevistas o colaboraciones donde se trataba de problemas ideológicos, eso forma parte del sistema de calumnia teleguiada por quienes usted y yo conocemos.
Su pregunta se divide en dos partes. Yo accedo muy poco a entrevistas; en cuanto a la radio, tengo la impresión de que ésta es la primera, salvo incidentalmente el haber contestado una o dos preguntas frente a algún micrófono que circulaba en el curso de algún acto, una mesa redonda, en Europa sobre todo. En cuanto a que ya haya cobrado por entrevistas o colaboraciones donde se trataba de problemas ideológicos, eso forma parte del sistema de calumnia teleguiada por quienes usted y yo conocemos.
¿Cuánto tiempo hace
que falta del país en calidad de residente?
De residente con una cierta permanencia. Yo me fui hace 22 años, pero he vuelto cinco veces por períodos de dos o tres meses. El último pasaje por aquí fue muy breve: yo estuve en Chile cuando Salvador Allende tomó la presidencia porque quise solidarizarme con la venida popular, y me pareció que había que estar físicamente presente. No bastaba una solidaridad telegráfica porque, de todas maneras, era la primera vez que, en esto que llaman el Cono Sur, se intentaba una experiencia socialista. De manera que me vine y, luego de esos días que pasé en Chile, bajé aquí a Buenos Aires y me quedé cinco o seis días. Vine solamente a ver a mi madre y a mis amigos, de modo que pienso que eso no cuenta como pasaje.
De residente con una cierta permanencia. Yo me fui hace 22 años, pero he vuelto cinco veces por períodos de dos o tres meses. El último pasaje por aquí fue muy breve: yo estuve en Chile cuando Salvador Allende tomó la presidencia porque quise solidarizarme con la venida popular, y me pareció que había que estar físicamente presente. No bastaba una solidaridad telegráfica porque, de todas maneras, era la primera vez que, en esto que llaman el Cono Sur, se intentaba una experiencia socialista. De manera que me vine y, luego de esos días que pasé en Chile, bajé aquí a Buenos Aires y me quedé cinco o seis días. Vine solamente a ver a mi madre y a mis amigos, de modo que pienso que eso no cuenta como pasaje.
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