sábado, 30 de agosto de 2014

Entrevista a Astor Piazzolla - Parte 3



Neustadt: Si en mi testamento decido que a la hora de mi muerte me acompañés con tu orquesta interpretando "Adiós, Nonino", ¿lo harás?

Piazzolla: Pero vos no te vas a morir... Además, yo tendré 100 años y no podré tocar el bandoneón...

Neustadt: ¿Lo harás?

Piazzolla: Lo haré.

Neustadt:
 Dentro de esta hora de triunfo, ¿no te falta algo? ¿Amor?

Piazzolla: (aquí no contesta enseguida; piensa, evoca, se cubren de nostalgia); No... Yo amo lo que hago; ahí tengo mi amor. Mi bandoneón es como tener una mujer en los brazos. Lo acaricio, le pego. La excitación rítmica me lleva a eso. Un músico no es un empleado solemne. Además, estamos muy calientes con lo que nos pasa. Nadie se distrae. Nos escuchamos el uno al otro. Sería muy triste que cuando Agri hace un solo de violín estemos distraídos. Fuera de ese mundo como los del "chim-pun". Además, estoy aprendiendo a creer en mí...

Neustadt: ¿Te importa menos lo que diga o piensa la gente...?

Piazzolla:
 Decía que no importaba. Pero me importaba. No vivo sin eco. Tengo más responsabilidad que antes, después de "Balada". Piazzolla tiene otro público. Que se sumó. Antes tenía a los "de la primera hora", como dicen los políticos...

Neustadt:
 ¿Estos no harán conflicto con la manada que se viene?

Piazzolla:
 No creo... Porque yo seguiré siendo Piazzolla, sin entregarme. Sin claudicar. Horacio Ferrer lo sabe. Hace justo dos años, ahora, que trabajamos juntos. Fueron mis mejores años. Parecemos hijos de la misma madre. Parecerse es un misterio...

Neustadt: La relación humana es un misterio...

Piazzolla: Pero lo mío con Ferrer es casi de hechiceros. En 1965, Horangel, haciendo mi carta astral, me anunció que dentro de dos años aparecería un hombre en mi vida...
Vital. Que golpearía la puerta de mi casa. En 1967, viene Horacio. Como el timbre no funciona, golpea la puerta. Desde entonces no nos separamos más...
¿Qué te parece?

Neustadt: Alguna gente dice que le falta profundidad, que es cursilongo... Algunas cosas de María de Buenos Aires...

Piazzolla: (salta). ¡Por favor...! En la línea poemática te digo que es más importante que Discépolo... No hablo de filosofía... Ojo. Como poeta para este tiempo, es mucho más que Homero Manzi, para mí... Homero era un fenómeno describiendo... Este se mete en el paisaje...
Crea fantasías que están vivas. Te toma de la mano, te pide que volés. De pronto se mete en la tierra y le canta al pibe de Bachín, el pibe de mil años, el de dáme un ramo de vos" el de "baleame con tres rosas..." Cursilongo... Ferrer sí que se desabrocha el alma...


Neustadt:
¿Qué es "Balada" filosóficamente, para vos?

Piazzolla:
 Qué querés que te diga. Todos tenemos un loco adentro. Es una invitación para que todo el mundo se saque el loco lindo que lleva y lo exhiba sin vergüenza.

Neustadt: ¿Crees en el gusto popular?

Piazzolla: Me asusta y me asombra. No eligieron a Corsini o a Agustín Irusta. Eligieron a Carlos Gardel. No se volcaron a Enrique Rodríguez; quisieron y quieren a Troilo.

Neustadt: ¿Qué es lo que esperas ahora?

Piazzolla: Quiero mucha gente escuchándome. Como si Perón entrara en la cancha de Boca...

Neustadt: ¿Hiciste algo por que te entendieran más y mejor?

Piazzolla:
 No sé. Creo que fue un esfuerzo recíproco. De la gente. Mío... Además, empecé a tener difusión. Otras orquestas tocaron "Adiós, Nonino", "Lo que vendrá", "Verano porteño"...

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