viernes, 29 de agosto de 2014

Entrevista a Astor Piazzolla - Parte 2




Neustadt: Entonces al Colón...?

Piazzolla: ¿Por que no? Sería mi sueño mayor. Como ganar en el Luna Park. Acaso en el Luna Park no estuvo Mariano Mores... en la época de Perón? ¿Acaso Julio de Caro no hizo en el Colón todo un carnaval?

Neustadt: ¿Por qué te la tomás con Julio de Caro que es un músico de excepción?

Piazzolla: Por que él se la toma conmigo. Ahora no le gusta Piazzolla... Me critica. Lo que pasa es que él claudicó...

Neustadt: Tiene años...

Piazzolla: Yo no claudicaré jamás. Seguiré componiendo hasta los 100 años...

Neustadt: Estoy pensando lo que dijiste antes. Si lo graban conjuntos beat y Riolobbo y Las Voces Blancas y lo baila María Fux, quiere decir que Balada no es tango.

Piazzolla: De ningún modo. Rompemos el sentido de que el tango sea local. Ampliamos su vidriera... ¿Qué querés seguir en 1970 con "Confesión" y "El Choclo"?

Neustadt: Pero, entonces, ¿reconocés por primera vez que lo tuyo es tango? Porque antes decías que era música...

Piazzolla: Sí, admito que es tango... Ahora, en "Balada", fui a una cuerda desconocida. Compuse para cantar. Como en "María en Buenos Aires". Nunca había hecho música para cantar... Pero me encontré con Horacio Ferrer...

Neustadt: ¿Cómo encontraste este hermano, este siamés...?

Piazzolla: Por carta. Me escribía a París. No te olvides que tiene 11 años menos que yo. Ni sabía qué era poeta... Un día le digo: ¿No sabés de alguien que pueda hacerme la letra para una operita...? Me contesta: "La puedo hacer yo..." Lo miro. Le insisto: No te enojes. Vos no... Vos de esto no sabés nada... En 24 horas me trajo el primer borrador. Como ahora me acercó los primeros párrafos de "Balada para un loco". Me senté, puse las manos sobre el piano, y nació la unión. Con una trilogía ahora: Amelita... Es tan difícil la síntesis... Por supuesto, no es la euforia de Picasso.

Neustadt: Te noto inseguro pese al éxito. Yo confío en vos más que vos en vos mismo.

Piazzolla: Siempre tuve una gran inseguridad desde una máscara de seguridad en mí mismo. Ya me lo dijo el analista...

Neustadt: ¿Analizarte no te quita la locura que necesitas para ser Astor Piazzolla...?

Piazzolla: Al contrario. El analista no te quita la locura. Te la muestra... Te la deja al rojo vivo. Si querés seguir siendo loco, porque lo necesitás, seguís... nadie te lo prohibe. Menos él...

Neustadt: Le tenés terror pánico a la soledad...

Piazzolla:
 Sí. No lo niego. La soledad me gusta únicamente para escribir música. Claro que la soledad que pido para crear mi obra no siempre se la doy a los demás. No soy generoso ahí. A Horacio Ferrer lo espío sobre el hombro cuando escribe para ver qué está componiendo. Y así lo jodo... Pero no me aguanto la expectativa.

Neustadt: Decís que en ese campo no sos generoso. ¿Lo sos en algún otro...?

Piazzolla: Nunca me interesó la plata. Mirá cómo vivo... ¿Sabés cuánto perdí con "María"? Pero hago lo que quiero... Tengo lo que quiero tener...

Neustadt: Necesitás mucha ternura al hombro...

Piazzolla: Sí, sin afecto no funciono...

Neustadt:
 ¿Te preocupa que la gente que tenés cerca y querés critique lo que hacés?

Piazzolla:
 Me aterra. Porque me trabaja la cabeza...

Neustadt: Entonces no admitís la crítica...

Piazzolla: Admitirla, la admito. Pero no puedo evitar que me trabaje la cabeza. Siellos dudan... qué no será con el público. Sin embargo, mis músicos tienen enorme capacidad de crítica. Discutimos mucho. A veces no entienden lo que yo hago. Y me lo dicen...

Neustadt: En el año 2000 todas las orquestas tocarán como vos. ¿Te gusta tener la sensación de que recibirás el título de "Enterrador del tango"?

Piazzolla: El título me hace mal... No lo merezco. No lo quiero. Además, soy un transformador. No un enterrador. No está muerto el tango. Están muertos los tangueros...

Neustadt: Insisto. ¿Admitís que hacés tango?

Piazzolla: Más tango que nunca... "Primavera porteña" es un tango químicamente puro. Lo que pasa es que describo siempre a Buenos Aires de 1970. En "Tangata" quise volar. Es un tango religioso. Como "Adiós, Nonino", arrancado desde el dolor. Un réquiem tanguero.
Quise honrar la memoria de mi padre, a quien le gustaba lo rítmico. El final de "Los mareados" tiene mucho de Juan Sebastián Bach. Porque yo conocí mucho a Cobián. A él le gustaba escuchar a Bach acostado...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario