El 5 de agosto de 1874 la Municipalidad del pueblo de
Belgrano creó una comisión compuesta por el cura párroco Diego Miller, el
doctor Tarnassi, el señor. Policarpo Mom, el arquitecto Buschiazzo y el señor
Vicente Pardo con el fin de que se procediera a la construcción de un nuevo cementerio.
Poco tiempo después, ésta cumplió su cometido y el cementerio fue establecido
en el lugar donde se encuentra actualmente la plaza Marcos Sastre,
delimitada por las calles Monroe, Miller, Valdenegro y las vías del FF.CC. Mitre.
Al mismo se ingresaba por un gran portón de hierro ubicado
sobre la avenida Monroe; desde allí partía la calle central amplia y
pavimentada en cuyos fondos, junto a las vías del ferrocarril había
un banco debajo de un ombú donde los concurrentes solían reposar bajo su
sombra. A ambos lados de la calle principal se levantaban las
bóvedas que sumarían quince en total.
El 26 de marzo de 1898 por ordenanza municipal fue
clausurado el cementerio de Belgrano; el mismo permaneció varios años
semiabandonado hasta que, el 28 de noviembre de 1919, fue dispuesta su total
desocupación, la cual finalizó en 1922.
Los propietarios de las bóvedas firmaron un convenio con la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires –ad referéndum– por el cual
permutaban las sepulturas y sepulcros del cementerio de Belgrano por otras en
el Cementerio del Oeste.
Años más tarde por decreto municipal Nº 5003/1946 la manzana
que ocupaba el cementerio de Belgrano o cementerio De Miller, como
familiarmente lo llamaban los vecinos, fue destinada a plaza pública denominada
Marcos Sastre debido a que sus restos originariamente descansaron en la bóveda
de la familia Sagasta Isla ubicada en ese lugar.
Entrada al cementerio de Belgrano también llamado
cementerio de Miller, ubicado en lo que hoy es la plaza Marcos Sastre.
Tomado del sitio diariodebelgrano.com
De Silvia Vardé
No hay comentarios.:
Publicar un comentario