Las razones tienen que ver con el
grado de explotación a que se veían sometidos, las restricciones a su libertad
(incluso en el caso de los libertos) y, en consecuencia, las pésimas
condiciones de vida. Para tener una idea, más de quince años después de la
“libertad de vientres”, la mortalidad de los recién nacidos entre la población
de origen africano casi duplicaba la de los “blancos”, alcanzando en 1828 la
pavorosa cifra del 44,24 por mil. Pero, además, la natalidad era muy baja,
incluso en comparación con otras sociedades latinoamericanas. Los amos evitaban
a toda costa el casamiento de un esclavo, al igual que el embarazo de una
esclava, con el argumento de que esto le impedía “prestar todos los servicios
para que fue comprada”, además del riesgo de morir en “un mal parto”. 3
En esa sociedad racista, a los amos
les resultaba más “económico” reemplazar con nuevas importaciones de seres
humanos la escasez de nacimientos y la alta proporción de muertes. Una prueba
de ello es que el padrón levantado por orden del director Alvear en 1815
mostraba que más del 70 por ciento de losnegros que habitaban entonces en la campaña
bonaerense eran nacidos en África, es decir, esclavos traídos recientemente.
Hasta comienzos del siglo XIX, cuando los Álzaga, Sarratea o Martínez de Hoz
podían seguir trayendo “piezas de Indias” desde África y Brasil, su proporción
en la población rioplatense se mantuvo alta.
Pero a
partir de 1807 los ingleses tomaron medidas para impedir el tráfico
internacional de esclavos. Sus motivos no eran para nada humanitarios.La
política británica de cortar el tráfico negrero, para generalizar la
explotación más “racional” del trabajo mediante el salario, y desde 1813 el fin
de la trata (implícitamente incluido en el decreto de la Asamblea General
Constituyente) llevaron a que en las décadas siguientes la presencia africana
empezara a mermar aceleradamente en las para entonces Provincias Unidas.
Sobre
esa realidad actuaron las guerras que casi acabaron con la población africana
masculina, las grandes epidemias de la segunda mitad del siglo XIX y, por falta
de hombres de la propia comunidad, un mayor “mestizaje”. En una sociedad que
mantenía sus rasgos racistas, donde losnegros tenían más que limitado su acceso a la
educación, a los cargos administrativos y políticos y, en general, a toda forma
de “sociabilidad” que no fuese la de sus propias instituciones de ayuda mutua,
como las “naciones” organizadas por descendientes de africanos, que tuvieron un
gran desarrollo en Buenos Aires entre fines del período rivadaviano y la caída
de Rosas, fueron las primeras asociaciones de “socorros mutuos” de nuestro
país. Además de reunir fondos para comprar la libertad de esclavos, ayudar a viudas,
huérfanos y enfermos, estas sociedades mantuvieron el acervo cultural
afroamericano, en sus “tangos” y “candombes”. Muchos de sus descendientes se
fueron “acriollando”, en la mayoría de los casos negando u olvidando su
herencia africana.
Y
aunque muchos argentinos lo olvidemos a diario, zamba, milonga y tango (por no hablar demalambo, kilombo o candombe)
son voces afroamericanas, como el origen de esas músicas, tan argentinas como
nuestra morocha.
Referencias:
3 Silvia
Mallo, “La libertad en el discurso del Estado, de amos y esclavos”, Revista de Historia de América,
vol. 112, México, 1991.
Felipe
Pigna
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