martes, 27 de mayo de 2014

¿Qué pasó con los negros? – Parte 2

Las razones tienen que ver con el grado de explotación a que se veían sometidos, las restricciones a su libertad (incluso en el caso de los libertos) y, en consecuencia, las pésimas condiciones de vida. Para tener una idea, más de quince años después de la “libertad de vientres”, la mortalidad de los recién nacidos entre la población de origen africano casi duplicaba la de los “blancos”, alcanzando en 1828 la pavorosa cifra del 44,24 por mil. Pero, además, la natalidad era muy baja, incluso en comparación con otras sociedades latinoamericanas. Los amos evitaban a toda costa el casamiento de un esclavo, al igual que el embarazo de una esclava, con el argumento de que esto le impedía “prestar todos los servicios para que fue comprada”, además del riesgo de morir en “un mal parto”. 3 

En esa sociedad racista, a los amos les resultaba más “económico” reemplazar con nuevas importaciones de seres humanos la escasez de nacimientos y la alta proporción de muertes. Una prueba de ello es que el padrón levantado por orden del director Alvear en 1815 mostraba que más del 70 por ciento de losnegros que habitaban entonces en la campaña bonaerense eran nacidos en África, es decir, esclavos traídos recientemente. Hasta comienzos del siglo XIX, cuando los Álzaga, Sarratea o Martínez de Hoz podían seguir trayendo “piezas de Indias” desde África y Brasil, su proporción en la población rioplatense se mantuvo alta.

Pero a partir de 1807 los ingleses tomaron medidas para impedir el tráfico internacional de esclavos. Sus motivos no eran para nada humanitarios.La política británica de cortar el tráfico negrero, para generalizar la explotación más “racional” del trabajo mediante el salario, y desde 1813 el fin de la trata (implícitamente incluido en el decreto de la Asamblea General Constituyente) llevaron a que en las décadas siguientes la presencia africana empezara a mermar aceleradamente en las para entonces Provincias Unidas.

Sobre esa realidad actuaron las guerras que casi acabaron con la población africana masculina, las grandes epidemias de la segunda mitad del siglo XIX y, por falta de hombres de la propia comunidad, un mayor “mestizaje”. En una sociedad que mantenía sus rasgos racistas, donde losnegros tenían más que limitado su acceso a la educación, a los cargos administrativos y políticos y, en general, a toda forma de “sociabilidad” que no fuese la de sus propias instituciones de ayuda mutua, como las “naciones” organizadas por descendientes de africanos, que tuvieron un gran desarrollo en Buenos Aires entre fines del período rivadaviano y la caída de Rosas, fueron las primeras asociaciones de “socorros mutuos” de nuestro país. Además de reunir fondos para comprar la libertad de esclavos, ayudar a viudas, huérfanos y enfermos, estas sociedades mantuvieron el acervo cultural afroamericano, en sus “tangos” y “candombes”. Muchos de sus descendientes se fueron “acriollando”, en la mayoría de los casos negando u olvidando su herencia africana.

Y aunque muchos argentinos lo olvidemos a diario, zamba, milonga y tango (por no hablar demalambo, kilombo o candombe) son voces afroamericanas, como el origen de esas músicas, tan argentinas como nuestra morocha.

Referencias: 
3 Silvia Mallo, “La libertad en el discurso del Estado, de amos y esclavos”, Revista de Historia de América, vol. 112, México, 1991.
Felipe Pigna


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