martes, 6 de mayo de 2014

Licio Gelli revela cómo inició a Perón en la masonería – Parte 6



Secretos. Tras décadas de silencio, Gelli comenzó en los últimos tiempos a deslizar sus secretos en cuentagotas. Se sabe, finalmente, que sus primeros contactos con Perón son previos a las elecciones que lo transformaron en presidente de la Argentina en 1945. Pero su vínculo se volvió estrecho durante el exilio en Madrid. En efecto, Gelli viajó con Perón en el avión que lo trajo de regreso a la Argentina y desplegó su influencia en el tercer gobierno peronista a través del ministro de Bienestar Social, José López Rega, el canciller, Alberto Vignes, y César de la Vega, por entonces máxima autoridad de la masonería en Argentina.

Paralelamente, Gelli afianzó fuertes vínculos con los jefes militares que derrocarían al gobierno peronista, en especial Suárez Mason y Emilio Massera, quienes luego aparecerían en la lista de integrantes de la P2 secuestrada por la Justicia en Italia. Más tarde, cuando el gobierno de Raúl Alfonsín enfrentaba una embestida desestabilizadora para frenar los procesos a los represores, que derivó en las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, Gelli se encontraba en el Río de la Plata, prófugo de la justicia europea y en comunicación con sus socios de la dictadura. Recién fue extraditado a Europa a comienzos de 1988. Meses antes había sido profanada la tumba de Perón en un extraño atentado con ribetes esotéricos, propias de la combinación de política y ritualidad que exhibía la P2 (tema investigado por el autor de la nota y el periodista David Cox).

“¿Usted sabe lo que sucedió al cuerpo de Perón? Fue verdaderamente extraño”, se le pregunta para que hable del oscuro episodio. “Lo sé”, responde Gelli, quien otra vez comienza a pedir que se lo llame más adelante.

—¿Quién lo hizo?

—No lo sé. No lo sé.

Súbitamente da por terminada la conversación. El clic del teléfono cierra un nuevo contacto y deja la sensación de que el iceberg de sus misterios apenas comenzaba a insinuarse. Su salud lo volvería a sumergir en el silencio.





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