domingo, 2 de marzo de 2014

Un paso adelante - Parte 1


En 1978 Astor Piazzolla acababa de deshacer su conjunto eléctrico para volver a la formación con la que sentía más a gusto: el quinteto. Entonces le dio una entrevista a la revista Pelo en donde explicó el porqué del cambio y habló de sus gustos musicales aquí y en el mundo. Este es, obviamente, un homenaje a uno de los grandes músicos argentinos del siglo XX; pero también a la revista pionera del rock argentino.

-¿Tu retorno al quinteto significa reverdecer viejas glorias de Piazzolla?

Sabia que esa pregunta iba a venir, porque ni bien tomé el quinteto me dije:


"Lo primero que, vamos a recibir de entrada va a ser un palazo en la nuca de parte de toda la gente joven, pensando que Piazzolla da un pase atrás". Pienso que no es así; por el contrario. Lo que estoy batiendo ahora es un paso adelante, porque significa que me va convenciéndose de cosas, aprendiéndolas, a lo largo de esta vida musical. Tengo la suerte de estar informado de todo lo que pasa en el mundo, escucho música, leo con abundancia sobre este fenómeno musical. Estoy enterado de todo lo que se refiere a la música, desde lo que puede llegar a ser lo más medicase, hasta la música aleatoria o todo lo que puede ser de gran avanzada. Y me he dado cuenta de que nunca voy a hacer las cosas mal, ni tocar ni escribir mal, porque los bobos pueden escribir mal. Si a treinta años de que comencé a escribir sigo haciéndolo mi es porque no aprendí nunca. Estuve contra la pared en Europa. A veces, necesitamos de un espejo que nos diga, aunque uno lo sepa "esto está mal". Te van haciendo ver las cosas que realmente sabes, pero vos no querés aflojar, porque los músicos, en el fondo, somos cabezas duras. Estos dos últimos años, electrifiqué al conjunto porque querrá rejuvenecerlo, ponerlo al día en el ruido, como quien dice, quería estar en la música electrónica. Pero siempre le llevo el apunte a los tipos que saben y hablé con muchos músicos, por ejemplo Maurice Vander, Michel Legrand, Ron Carter, Gerry, Mulligan, a quienes les extrañó aquello. Incluso Mulligan me atacó, me dijo que quería escucharme con el quinteto. Me querían comer crudo, parecía que había cometido el pecado más grande del siglo. Ese que ellos querían escuchar cm Piazzolla, el otro no. De Europa venía con unas, fuerte dosis de Chick Cerca, Herbie Hancock, Weather Report o tantos otros grupos fabulosos que escuché. De repente me encontró absorbido. 
Y pienso que ese fenómeno le puede suceder a la música joven, a la progresiva llamada argentina. Creo que ellos están envueltos en esa nube. Por suerte, yo salí, porque me estaba dando cuenta de que me estaba "achanchado". Por eso vuelvo a un conjunto, como es el quinteto, que tiene una música evolucionada, que era mucho más moderno que el electrónico, tiene mucho más trabajo musical en los cinco músicos. Sin querer, con mi anterior grupo estaba dando u paso atrás, creyendo que lo hacía hacia adelante. Me dejé llevar, en parte, por el amor que le tengo a la gente joven. De pronto me di cuenta de que estaba con ellos y que tenia que hacer algo de acuerdo con lo que ellos querían, esos que no remata nada que ver con el tango pero que si son argentinos; y porteños, y creían en un Piazzolla electrónico. Me parecía que era yo una parte de ellos y no me daba cuenta de que estaba directamente cambiando de rota. Me estaba metiendo en una cosa de inferior calidad que la del quinteto, porque la elaboración de este conjunto es superior a la del electrónico. 



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