viernes, 12 de julio de 2013

El largo camino de la independencia argentina – parte 3




En el Congreso de Tucumán predominó la tendencia monárquica. "Los definidamente republicanos eran sobre todo los que en ese momento estaban bajo el liderazgo del oriental José Gervasio de Artigas (los "Pueblos Libres"), y no participaron en el Congreso, dominado por los centralistas", dice Gelman. Los monárquicos y centralistas devienen en lo que la historia terminó llamando "unitarios", y los republicanos fueron los "federales". Aunque Gelman prefiere matizar: "Tradicionalmente, la historiografía ha entendido que los unitarios eran las elites de Buenos Aires frente a los federales, que eran las elites del interior. Pero en la práctica uno puede observar que hay unitarios (y a veces más fervorosos) en distintos territorios del interior de lo que después será la Argentina que en la propia Buenos Aires. Y en ésta, a la vez, encontramos tendencias federales o confederadas muy fuertes, y que de hecho terminaron triunfando. Es evidente que en Buenos Aires las tendencias unitarias son importantes, pero van a terminar debilitándose frente a la incapacidad que tiene la metrópolis de construir una unidad política de ese territorio bajo su hegemonía, y entonces terminará prevaleciendo el federalismo rosista".

El sanjuanino Laprida sigue allí, en las láminas escolares, congelado en el tiempo. La independencia de 1816 dio paso a una lucha fratricida que recién empezó a atenuarse con la llamada Organización Nacional, la Constitución de 1853 y la generación del 80. Pero hasta ahora el sueño bolivariano de los "Estados Unidos de América del Sur" sigue siendo una expresión de deseos. El proyecto de Bolívar, en el contexto de las primeras décadas del 1800, tenía mucho de utopía. Más allá de la voluntad de algunos líderes (Bolívar, San Martín, Sucre), la propuesta del caudillo venezolano "carecía de sustento cultural, ideológico, económico y social", opina Gelman. No hay que olvidar, además, que Inglaterra y Estados Unidos "del Norte" hicieron lo imposible para que las naciones hispanoamericanas independizadas no se integraran en una gran nación latinoamericana. "La independencia de España condujo, sin embargo, a las nacientes naciones en América a insertarse en un orden mundial donde las políticas intervencionistas de Inglaterra y Estados Unidos se hicieron sentir por largos años en alianza con poderosos sectores sociales locales", dice Goldman.

Mariano Ben Plotkin, resume: "Hay que recordar que América latina nació globalizada, y por lo tanto ha sido siempre un área muy sensible a desarrollos internacionales que ocurrían y ocurren en las áreas centrales. Esto, y ciertos desarrollos comunes a la región, contribuyen a explicar algunos paralelismos en su historia política". A la luz de estos análisis, parece que el largo camino de la independencia argentina y latinoamericana, aún no ha concluido.

http://edant.clarin.com/suplementos/especiales/2005/07/09/l-05215.htm
Alberto González Toro.
agonzaleztoro@clarin.com

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