martes, 8 de enero de 2013

Manuel Belgrano, lider ideologo y combatient​e de la revolución – parte 1


La Revolución Cultural

La “historia oficial”, de la que somos víctimas desde el jardín de infantes a la universidad, nos somete a una dominación cultural que continúa gozando de impune vigencia.
Así, desde Mitre, se montó una ficción que convirtieron en materia de estudio aburrida y la denominaron historia.
Ninguna revolución es producto de la improvisación, ni puede realizarse sin un Líder y una doctrina que la sustenten. No hay revolución si no existen quienes las planifiquen, organicen y conduzcan. La Revolución de Mayo, es el resultado de muchos años de preparación y tuvo un Conductor al que sus compañeros y el Pueblo brindaron la confianza y el respaldo para concretarla: Manuel Belgrano.
La Revolución Cultural comenzó el día que Belgrano inauguró el Consulado de Buenos Aires anunciando: “No hay objeto mas digno de la atención del hombre que la felicidad de sus semejantes” 2 de Junio de 1794
Mientras esa historia oficial presenta como precursores a quienes jamás participaron del Movimiento Revolucionario, lo cierto es que Belgrano fue su creador en los primeros años del siglo IXX junto a su primo Juan José Castelli, Nicolás Rodríguez Peña y Juan Hipólito Vieytes.
En el actual período Bicentenario, a pesar de las anquilosadas estructuras del Estado Nacional que no atina a detener el avance contracultural interno y externo, vemos cómo retoma sus fuerzas el Movimiento Nacional en esta Batalla Cultural. En ese sentido, debemos destacar los precisos mensajes de la Presidenta de la Nación:

“Para mí, ustedes lo saben porque lo he repetido muchas veces, él, Belgrano, es mi favorito”.

“Cuando lo leemos a Belgrano, al Belgrano que además de crear la Bandera fue militar, político pero también un gran economista; cuando leemos al Belgrano que reclamaba que industrializáramos aquí en nuestro país nuestras materias primas, que no permitiéramos que se exportara la materia prima, sino que le agregábamos valor aquí; cuando hablamos del Belgrano de la educación fundador de la Escuela de Náutica, un hombre que luchaba por la educación, digo, que estamos cumpliendo el sueño de Belgrano.”
“Belgrano quería una Argentina industrial, una Argentina con trabajo, una Argentina con educación, una Argentina con progreso, además de eso sabía que también había que luchar por la Patria, y cuando tuvo que hacerlo abandonó su condición de político, abogado, economista, periodista, y se puso el traje militar para defender la libertad de esta Patria que recién estaba naciendo y que lo tuvo a él como uno de sus padres más notables e importantes.”

“Por eso, me siento muy orgullosa de estar aquí junto a todos ustedes, frente a este monumento a la Bandera…”. [Cristina Fernández de Kirchner, Rosario, 20 de Junio de 2011].

Nuestra militancia en la difusión de las ideas y obras del Precursor de la Independencia de América del Sur, a través de medios de comunicación, conferencias y charlas con debate en escuelas e instituciones públicas y privadas, decidimos profundizarlas  transcribiendo en este libro una porción de resoluciones, cartas, proclamas, partes de batallas y reglamentos, que revelan a los auténticos protagonistas de la Revolución, y en especial de su líder: Manuel Belgrano, Alma de la Revolución.
Nos proponemos, rescatar del olvido, el ocultamiento y la falsificación sus realizaciones y su doctrina que hoy deben servirnos de guía. De eso se trata la Historia como ciencia al servicio de la Humanidad. Revelación de principios y valores que nos estimulan a imitar para recuperar el sentido heroico de la vida.

La Proclama y Reglamento para los 30 Pueblos de las Misiones Guaraníes del 30 de Diciembre de 1810; el Tratado Federal con la Provincia del Paraguay del 12 de Octubre de 1811; la creación de los símbolos en Febrero de 1812; la donación de sus premios para la creación de Escuelas del 31 de Marzo de 1813; y sus hazañas al frente de los Ejércitos de la Patria Grande, sumados a su obra revolucionaria desde el Consulado de Buenos Aires; sus Escuelas Públicas; sus mensajes desde el Correo de Comercio; las misiones diplomáticas y la propuesta de restaurar la Dinastía de los Incas con capital en Cusco, votada por unanimidad el 6 de Julio de 1816 en el Congreso de Tucumán, son en conjunto la demostración contundente de esa obra y su liderazgo.

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