miércoles, 3 de octubre de 2012

Secretos del Gasómetro - parte 1

Desde hace más de medio siglo, el monumental gasómetro de las avenidas Gral. Paz y Constituyentes representa un misterio para los habitantes del barrio. Se encuentra en el interior del Centro Operativo San Martín, hoy perteneciente a la empresa Gas Natural BAN. Con sus ochenta y cinco metros de altura y cincuenta de diámetro, era parte de una fábrica de gas de carbón y coque que proveía combustible para, principalmente, iluminar las casas y las calles por medio de los antiguos faroles.

Por Adrián Alauzis


No hay construcción de la zona tan grande y llena de misterios como el gasómetro ubicado en la intersección de las avenidas De los Constituyentes y Gral. Paz. Tampoco quien lo haya visto sin que en su mente surja una idea terrible: ¿podría llegar a explotar? Además, ¿quién no se preguntó qué hay adentro? El mayor problema para despejar esas incógnitas residía en que casi no existen referencias históricas: no las hay en la empresa que lo administra en la actualidad, ni en la biblioteca del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), ni en el Archivo General de la Nación (lo cual ya es mucho decir).
Esa carencia de información nos impulsó a develar esos misterios y decidimos hacer un viaje al interior del tanque... y un poco más.
Nos contactamos con Gas Natural BAN (Buenos Aires Norte), a cuya Gerencia Técnica pertenece el Centro Operativo San Martín donde se encuentra el gasómetro.
La cita incluía una charla con dos empleados de la empresa, con treinta años de trayectoria (más de veinte en Gas del Estado), y una visita a la inmensa estructura de acero. Toda una aventura.

El tanque visto por dentro

El primer deseo fue conocer las entrañas del gasómetro. No es como uno lo imagina: un gran disco metálico de color amarillo hace las veces de techo a pocos metros de altura y no permite observar hacia arriba. Una desilusión. Sin embargo, por un pequeño recorte cuadrado se alcanza a ver, en forma parcial y velada, el interior del cilindro: una extraña y oscura visión de la carcaza hueca de 85 metros de altura.

El tanque se mantiene en pie porque resultaría más costoso desguazarlo que conservarlo; incluso pintar su exterior de más de 13.000 metros cuadrados exigiría una gran inversión. Hoy sólo se aprovecha la parte baja como estacionamiento. Cuando funcionaba no estaba vacío, sino que incluía dentro un segundo tanque; lo que vemos desde afuera es apenas una cubierta. En la base había una gran pileta con agua, donde descansaba el segundo tanque como un gran vaso invertido sobre un plato sopero con agua. Ese vaso recibía el gas y su presión elevaba el tanque interior.
Ese movimiento de ascenso y descenso era posible gracias a unos rodillos guía apoyados sobre las paredes interiores del gasómetro. Esa era su principal función; además de servir de protección, mantenía estable el tanque interior.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario