viernes, 8 de junio de 2012

Expediciones al Alto Perú - parte 1

La guerra en el Noroeste Desde 1810 hasta 1815 nuestros primeros gobiernos patrios enviaron tres expediciones militares al Alto Perú (hoy Bolivia). Pero, hasta 1822, se mantuvo una constante actitud bélica en todo nuestro actual Noroeste, en especial en las provincias de Jujuy y de Salta.
La primera expedición al Alto Perú el 3 de junio de 1810 partió de Buenos Aires la primera expedición! auxiliadora rumbo al Noroeste. Su jefe era un militar nacido en La Rioja: don Francisco Ortiz de Ocampo. El coronel Antonio González Balcarce era el segundo jefe.

La integraron mil ciento cincuenta hombres medianamente equipados, pero llenos de entusiasmo, que en su mayoría no estaban preparados para la guerra. Su misión era aplastar cualquier intento contrarrevolucionario en el camino hacia el Alto Perú, y lograr la adhesión de las ciudades y pueblos del interior a la causa revolucionaria.
Al llegar a Córdoba la expedición tuvo que vencer el primer obstáculo que se oponía a la revolución: la resistencia organizada por Santiago de Liniers (imagen izq.) y apoyada por el gobernador Gutiérrez de la Concha y otros funcionarios coloniales. Liniers era en ese momento la figura militar de más prestigio en el Virreinato. Los patriotas, con justos motivos, veían en él armas peligroso enemigo de la revolución.


Liniers y sus compañeros pretendieron resistir a la expedición auxiliadora, pero carente de tropas suficientes y de apoyo popular, debieron huir hacia el Norte para procurar el encuentro con las tropas realistas del Alto Perú. Fueron apresados en la posta de Piedritas (en la actual provincia de Santiago del Estero), por una fuerza a cargo del coronel Antonio González Balcarce.
De allí fueron llevados primero a Córdoba y después enviados bajo custodia hacia Buenos Aires, ya que Ortiz de Ocampo dudó en hacer cumplir la orden de la Junta Provisional de Gobierno de ejecutar a los complotados "allí donde se los hallase".
Al llegar el contingente con los prisioneros al lugar llamado Monte de los Papagayos, situado cerca de la posta de Cabeza de Tigre (en Córdoba y muy cerca del límite actual con Santa Fe), fueron fusilados por las tropas que dirigía el vocal de la Junta porteña, Juan José Castelli, (imagen izq.)quien se dirigía desde Buenos Aires rumbo al Noroeste para hacerse cargo de la expedición.

Por haberse opuesto a ejecutar a Liniers y a sus compañeros fue relevado del mando militar de la expedición don Francisco Ortiz de Ocampo y nombrado en su lugar Antonio González Balcarce. Pero, el mando político y real de la campaña estaría a cargo de Castelli.

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