jueves, 12 de abril de 2012

El asesinato de Urquiza - parte 6

El mismo día y casi a la misma hora eran ultimados en Concordia Justo y Waldino Urquiza, hijos del general.

“Este sacrificio inútil, pera el cual no es posible encontrar ni intentar atenuantes, fue fatal para la limpieza de la bandera revolucionaria. Manchó una causa que siendo legítima y patriótica pudo redituar fecundas y provechosas consecuencias. La insurgencia triunfa. A pesar de la prosapia de las ilustres víctimas, Entre Ríos no da ninguna muestra de reacción. La mayoría de las situaciones departamentales con sus respectivos jefes de policía y demás autoridades, se adhieren al movimiento. Hay un silencio que no es de conformidad con el crimen pero sí con la revolución que más tarde se rubrica con la sangre sobre las cuchillas entrerrianas”.

La Legislatura de la provincia elige gobernador Constitucional al general Ricardo López Jordán, jefe la oposición a Urquiza y del movimiento revolucionario triunfante.

Producido el drama de San José, el presidente Sarmiento, quizá para sosegar su conciencia que lo acusaba como remoto instigador del crimen, quiso vengar la muerte de Urquiza, arrojando sobre la heroica Entre Ríos todo el peso de su poder. 16.000 hombres que luego organiza en tres ejércitos, invaden su territorio. Son las tropas veteranas que regresan de la guerra del Paraguay. Sarmiento presidente, lleva a cabo su propósito de no economizar sangre de gauchos. (…) La guerra será larga y cruenta pero en definitiva los remingtons y cañones del ejército nacional vencerán a las lanzas y tercerolas del valiente ejército de López Jordán. La provincia quedó sometida, la sangre de sus hijos corrió a raudales y el odio a Sarmiento se hizo una religión entre los nativos. (…)

Los autores materiales del asesinato de Urquiza han sido oportunamente identificados, los autores mores permanecen en la penumbra. Existen inculpaciones pero faltan pruebas. Ni a los entrerrianos ni al general López Jordán puede responsabilizarse con seriedad del nefando crimen. Los primeros jamás fueron…proclives a esa medida extrema. Lo prueba el hecho de que entre sus cinco ejecutores solo había un entrerriano, el capitán Mosqueira, quien en su indagatoria manifestó “que nunca creyó que se asesinara al general Urquiza” lo que evidencia que solo estaba en sus propósitos apresar al general, nunca ultimarlo. En cuanto a López Jordán, ni existen pruebas que lo condenen ni es verdad que se responsabilizara del crimen como lo afirma enfática pero arbitrariamente don Julio Victorica; se solidarizó con el movimiento revolucionario que es cosa distinta pero lamentó públicamente aquel exceso. “He deplorado que los patriotas que se decidieron a salvar las instituciones no hubieron hallado otro camino que la víctima ilustre que se inmoló”, dijo, al prestar juramento del cargo de gobernador de la Provincia, con que le invistió la legislatura en la sesión del 14 de abril.

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