viernes, 2 de marzo de 2012

Pueblo charrúa: de personajes de circo a valientes libertarios - parte

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El historiador Filiberto Reula sostiene que hacia finales del siglo XVII podían verse charrúas en casi todo el territorio entrerriano.“Durante varios años –aporta Alarcón Muñiz– españoles y charrúas sostuvieron una guerra sin cuartel en Entre Ríos, hasta que en 1632 los caciques Yasú, habitantes de la zona ya conocida como la Bajada, acordaron de igual a igual con Hernandarias y su yerno, José Luis de Cabrera, el cese de las hostilidades.
La paz se prolongaría setenta años, solo alterada por algunos hechos aislados.De los charrúas trascendió el carácter aguerrido que ostentaban al momento de defender su cultura, su pueblo, su pervivencia. Y no faltan razones para eso. Pero fue posible un marco de acuerdo de los españoles con los integrantes del pueblo charrúa: 70 años de convivencia pacífica.

“Ningún pueblo sudamericano sostuvo una pelea tan larga por su libertad e independencia. Erraron por los campos transmitiendo a su heredero, el gaucho, el sentimiento de la vida independiente y de defensa de la libertad”, juzgaron los autores Carlos Anadón y María del Carmen Murature.

ESCLAVISTAS.

Fue el historiador Reula, uno de los que reveló que para los charrúas se abrió –con la negociación con españoles– una instancia de posibilidades, como comprar bebidas alcohólicas, naipes, vestimentas, caballos y hasta armas. La autoridad colonial les reconocía derechos que otras tribus no tenían frente al colonizador.

No son pocos los investigadores que afirman que el acuerdo de charrúas con los españoles incluía la provisión de guaraníes apresados por aquellos para que sirvan como esclavos en las estancias de los europeos. La hipótesis ha generado gran revuelo y promete seguir haciéndolo.Fue el año 1701, el marcado como el inicio del fin de la paz entre españoles y charrúas. El escenario del conflicto fueron las Misiones Jesuíticas, pero se extendió por todo Entre Ríos y la Banda Oriental.

La persecución no contempló piedad alguna. Uno de los episodios refiere a La Matanza, nombre con que se conoció el cerro donde hoy se ubica la ciudad de Victoria, precisamente por el crimen masivo de aborígenes.“Del episodio de la Matanza no hay fecha exacta. Martín Ruiz Moreno lo sitúa en 1728, pero la orden de exterminio de los aborígenes fue datada en 1749.
Por entonces, la mayor concentración de nativos renuentes a someterse al conquistador se situaba en lo que hoy es Victoria”, enseña el autor de Entrerrianías.
Se consideran que eran minuanes, de la nación charrúa, las víctimas de esa matanza.De los charrúas ha transcendido el espíritu independiente. Esa es la característica que sobresale con la distancia del tiempo.

Jorge Riani el Diario de Parana



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