jueves, 22 de marzo de 2012

Nace la nueva capital de la Provincia d Buenos Aires - parte 3


 
FEBRIL ACTIVIDAD

“...Yo necesitaba levantar una ciudad en diecisiete meses...” dijo ROCHA. Y este perentorio requerimiento— una verdadera proeza—motivó que desplegara una incomparable actividad, junto con un grupo de estupendos colaboradores.
Durante ese lapso no pidió ni se dio tregua y además quiso poner su sello en todo; por eso en cada detalle se advierte la huella de su impronta.
Llegaba frecuentemente hasta Ensenada en tren, donde era recibido por las autoridades locales, que nunca habían vivido semejante ajetreo, y por algunos vecinos, Pero cuesta imaginar, entre ellos a Cestino, gozoso de ver materializado su sueño, desarrollado en el opúsculo “TRATADO ACERCA DE LA ENSENADA...EL MAS INDICADO...PARA FUTURA CAPITAL DE LA PROVINCIA.”

Desde allí a caballo y por el camino Blanco, se trasladaba hasta las lomas, en donde se mensuraba la tierra y se hincaban los jalones para el magnífico damero. Prácticamente se le iba el día y por la noche regresaba a Buenos Aires para continuar con las severas exigencias del gobierno de la Provincia. Pero en la obra quedaban el juez de paz Carlos A. Fajardo y , para las funciones administrativas, los ingenieros Luis Baldi y Pedro Benoit, para los requerimientos técnicos y dos centenarios de hombres A ellos les tocó correr contra reloj, porque el 8 de noviembre todavía no sabían cual sería la fecha elegida para la realización de la ceremonia, como consta en una carta que el ingeniero Baldi, remitió al gobernador.

No fue ajena a esta circunstancia el haber tenido que postergar la fecha prevista, que originalmente era para el 23 de octubre, cumpleaños de Paula Arana, esposa del gobernador, pues una oportuna lluvia torrencial demostró que el lugar determinado para centro geométrico era fácilmente anegable, debiendo correrse los mojones presurosamente.

Ello conspiró contra el lucimiento de la ceremonia fundacional, en la cual muchos de los asistentes, residentes en Buenos Aires o en lugares alejados padecieron verdaderas penurias.
El 19 de noviembre celebraba sus cumpleaños Dardo Melchor Ponciano Rocha, el pequeño hijo del fundador. Y ésa fue la fecha elegida, resolviéndose esto por decreto del 10 de noviembre a escasas jornadas de su realización.

En los festejos de ese domingo de noviembre, la mayor parte de los concurrentes provenían de Buenos Aires, llegaron en trenes especiales, tras mas de dos horas de trayecto, arribaban primero a Ensenada y de allí a Tolosa, desde donde una línea”Decauville” los transportaba al lugar de la ceremonia, si bien algunos aprovechados cocheros ofrecían sus servicios por ¡ Doscientos pesos !
El calor era bochornoso, por lo que el asado con cuero previsto para el público, estaba en mal estado y fue preciso tirarlo. La concurrencia comenzó entonces a ingerir fiambres y dulces, hecho que acentuó la sed que el calor provocaba. Pero casi no había agua para beber, vendiéndose la poca existencia a un peso cada vaso.

Por esta causa, cuando a las tres y media de la tarde , en medio del estampido de los cañones y de los sones de la banda de música, descendió la piedra basal, muchos -salvo las autoridades– se hallaban lejos del lugar a la sombra de los eucaliptos del bosque de Iraola, dejando algunos palcos vacíos.
Luego se sirvieron, para los invitados principales, varias viandas en un salón expresamente armado en el sitio donde actualmente se encuentra la sede social del club Gimnasia y Esgrima, en la calle 4. El ámbito estaba iluminado con luces eléctricas, algunas de las cuales fueron “distraídas” como “souvenir” por los ocasionales concurrentes.

El regreso se convirtió en una tremenda odisea, basta decir que el primer tren que partió desde Ensenada lo hizo, con las autoridades a bordo, a las 10 de la noche, arribando a Buenos Aires a las 2 de la mañana siguiente.Los otros servicios que corrieron, luego de sufrir los pasajeros en la estación, sin reparo alguno, una lluvia despiadada, recién estuvieron en Buenos Aires en la mañana del día 20.

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