martes, 20 de marzo de 2012

Nace la nueva capital de la Provincia d Buenos Aires - parte 1


En nuestro país al término del mandato de CARLOS CASARES surgieron dos candidaturas para sucederlo: la de ARISTÓBULO DEL VALLE y la de ANTONIO CAMBACERES. Pero ante la oposición política de MITRE y sus acólitos, se consensuó la elección de CARLOS TEJEDOR (1878-1880).
El nuevo gobernante, de intransigente matiz provincialista, inició una serie de medidas de progreso que fueron, en parte, malogradas por el recurrente enfrentamiento en el que se hallaba la provincia con la Nación, litigando por la cuestión Capital en la ciudad de Buenos Aires.
Ello produjo, luego de una serie de desencuentros que sería muy largo enumerar, el estallido de combates entre fuerzas antagónicas: el 20 de junio de 1880 el de PUENTE ALSINA y dos días después el de CORRALES, con centenares de muertos y heridos por ambos bandos. La brecha de la disociación se había abierto profunda, pero en virtud de que prevalecieron las fuerzas nacionales, la situación quedó en manos del poder central.

Fue entonces cuando, ante tanto dolor, apareció providencialmente la figura de DARDO ROCHA, a la sazón senador nacional por Buenos Aires, propiciando la caducidad de los poderes públicos provinciales. Evidentemente, el camino a la unidad nacional no tenía otra salida. Y ROCHA fue ungido candidato natural a la gobernación de Buenos Aires, cargo que asumió el 1º de Mayo de 1881.
En tanto, los hechos se habían precipitado. El 24 de agosto de 1880 el Poder Ejecutivo Nacional (PRESIDENTE AVELLANEDA) dirigió al Congreso el proyecto de federalización de la ciudad porteña, aprobado el cual la ciudad de Buenos Aires pasó a ser la Capital de la Nación, quedándole a ROCHA la tarea que habría de perpetuarlo: fundar una nueva capital para la provincia.

Consagrada solemnemente a Ley, el 26 de septiembre de 1880 , bajo el apotegma de Avellaneda:”No hay nada en la Nación superior a la Nación misma”... Buenos Aires fue entregada al poder central el 9 de diciembre.

Desde entonces, y por un año y medio, ROCHA estudió con una comisión de notables, compuesta por ARISTOBULO DEL VALLE, EDUARDO COSTA, MANUEL PORCEL DE PERALTA, EDUARDO WILDE, JOSE M. RAMOS MEJÍA y los ingenieros FRANCISCO LAVALLE y GUILLERMO WHITE, el mejor lugar para el asentamiento de la capital provincial.
Se analizaron en esta investigación diversas localidades, tales como BARRACAS (AVELLANEDA), BELGRANO y FLORES (hoy dentro del ejido de la Capital Federal), CAMPANA, CHASCOMÚS, DOLORES, MERCEDES, MORENO, OLIVOS, QUILMES, SAN FERNANDO, SAN ISIDRO, SAN NICOLÁS, ZÁRATE, Y ENSENADA, es decir un total de 15 (en la lista no se incluyó a BAHIA BLANCA).

Los aspectos contemplados fueron los siguientes: 1º Ventajas e inconvenientes para la administración de la provincia; 2º calidad de los terrenos en que deba levantarse la nueva ciudad para la edificación y de los circunvecinos para la agricultura; 3º Cantidad de agua suficiente para servir las necesidades de una ciudad populosa; 4º Facilidad de comunicar con el exterior ; 5º Condiciones para el establecimiento de vías fáciles de comunicación con la capital de la Nación, con las demás provincias y con el resto de ésta ; 6º Facilidad de hacer las obras de arte indispensables a la higiene y comodidad de un gran centro de población.
De resultas del análisis exhaustivo de todos estos condicionamientos, el informe concluyó así: ...que las localidades que reúnen mayor número de las condiciones indicadas para el establecimiento de un gran centro de población, son: CAMPANA, LAS LOMAS DE LA ENSENADA Y ZÁRATE, en primer término y subsidiariamente QUILMES, LOS OLIVOS Y SAN FERNANDO. o los pueblos de la línea férrea del Oeste, desde MORENO hasta MERCEDES, si hubiera de elegir una ciudad mediterránea.
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