lunes, 27 de febrero de 2012

27 de febrero de 1812 - parte 3


El ejército argentino volvió a retroceder, y perseguido ya, libró batalla en Tucumán, venciendo a los realistas el 24 de setiembre de 1812. En marcha hacia Salta para batir a los dispersos que se habían concentrado en esa ciudad, pasó revista al ejército en las márgenes del Río Pasaje el 13 de febrero de 1813, y enarboló otra vez la bandera conocida. El hecho estaba justificado con la victoria alcanzada.

El día 20 del mismo mes, derrotó al ejército del general Tristán y tomó posesión de Salta. La rendición se hizo frente a la bandera, que desde entonces quedó consagrada como el símbolo de los esfuerzos argentinos.

Declarada la independencia el 9 de Julio de 1816, por el Congreso reunido en Tucumán, el mismo cuerpo publicó este decreto el 25 de julio:

«Elevadas las Provincias Unidas en Sud América al rango de una Nación, después de la declaratoria solemne de su independencia, será su peculiar distintivo la bandera celeste y blanca de que se ha usado hasta el presente, y se usará en lo sucesivo exclusivamente en los ejércitos, buques y fortalezas en clase de bandera menor, ínterin decretada al término de las presentes discusiones la forma de gobierno más conveniente al territorio, se fijen conforme a ella los jeroglíficos de la bandera nacional mayor.
Comuníquese a quienes corresponda para su publicación. Francisco Narciso Laprida, presidente; Juan José Paso, diputado-secretario.»

La bandera quedó así legalmente consagrada.

El 21 de Febrero de 1818, el Congreso volvió á decretar que la bandera de guerra tuviese como distintivo peculiar, un sol pintado en medio de ella» y el P.E. 1895, reglamentó lo relacionado con el color y las intensiones de la bandera para los cuerpos del ejército y de la guardia nacional.

José Manuel Eizaguirre, Páginas argentinas ilustradas, Casa Editorial Maucci Hermano, 1907.


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