viernes, 30 de diciembre de 2011

Manuel Ugarte – parte 3


1908 fue el año de la aparición de otro de los tantos libros, su nombre esta vez era "Burbujas de la vida", poco después se conoció "Las nuevas tendencias literarias". En estos últimos libros realizó una abierta defensa de la cultura nacional, y cuestionaba el internacionalismo intelectual como forma de paralizar la creación artística de América Latina.
La casa de Manuel Ugarte en París se convirtió en el lugar obligado de visita de la inmensa cantidad de intelectuales latinoamericanos de visita en la ciudad.
Luego del Congreso de Stuttgar, Ugarte profundiza el tema de la cuestión nacional, este tema lo alejará de la conducción del socialismo argentino. El tema central de este asunto era diferenciar claramente el patriotismo de un país central que deviene en imperialista y el mismo en naciones débiles como lo son las latinoamericanas, que es el único escudo para defenderse de la intromisiones extranjeras. Para Manuel Ugarte el socialismo en Latinoamérica debía tener un gran componente nacional que opusiera resistencia a los imperialismos anglosajones.
En 1909 se desató una crucial polémica dentro del Partido Socialista de la Argentina, Manuel Ugarte fue atacado desde las páginas de La Vanguardia, también lo fue Alfredo Palacios por sostener que el internacionalismo socialista no debía excluir la cuestión nacional, además ese mismo año aparecía el libro "Teoría y práctica de la Historia" de Juan B. Justo donde defendía las ideas más reaccionarias, como el librecambismo y el carácter civilizador del imperialismo en casos como el de Puerto Rico, anexado por los Estados Unidos.
Ugarte concluyó su ensayo "El porvenir de la América Española", hacía algunos meses que se había radicado en Niza por razones de salud, pero en marzo de 1910 regresó a París, donde dio a conocer "Cuentos argentinos".
En 1910 se realizó un nuevo congreso de la Internacional Socialista en Copenhague, pero esta vez el PS de la Argentina envía a Juan B. Justo, en vez de designar a Ugarte que se encontraba en Europa, este hecho muestra el recelo de la conducción del partido hacia las ideas nacionales de Manuel Ugarte.
Su producción literaria fue profusa, en 1910 y 1911, edita los libros: "Letras y letrados de Hispanoamérica", "La evolución política y social de Hispanoamérica", "Los cantos de la prisión y el destierro" y "Los estudiantes de París".
Pero su obra política más importante de esos años fue "El porvenir de la América Española", a pesar de estar alejado desde hace tiempo de América, su pensamiento arraigaba en las tradiciones democráticas y revolucionarias el continente, sus ideas se encontraban entre las más lúcidas del momento, no sólo logró desentrañar el carácter destructivo del imperialismo para los países hispanoamericanos, también vislumbró el carácter reaccionario jugado por las oligarquías nativas asociadas al capitalismo extranjero. Comparaba las dos Américas y concluye que sólo la Unión de los pueblos del sur les permitirá hacer frente a las grandes potencias que tienen sus apetencias sobre estas naciones.
Además realizó una serie de propuestas para terminar con la situación semicolonial, como la nacionalización de los servicios esenciales, distribución de la tierra y liquidación de los latifundios, defensa de la cultura nacional.
En tanto La Vanguardia, el órgano socialista, salió al cruce del libro de Ugarte señalando "Muchos han venido agitando la opinión del peligro yanqui. Pero los pueblos no los han escuchado... Y si la propaganda alarmista no encuentra eco en ellos debe ser porque el peligro no existe". Nuevamente el socialismo argentino salía a defender al imperialismo con una frase contundente: "Tenemos motivos para creer que la intervención o conquista de las repúblicas de Centro América por los Estados Unidos puede ser de beneficios positivos para el adelanto de las mismas".
Junto al "Porvenir de la América Española" surge la idea de realizar una gira por todo el continente para la difusión de las propuestas desarrolladas en el libro. El 29 de octubre de 1911 comenzó su recorrido por América Latina en el deseo de tomar contacto con una realidad y un pueblo a los que había defendido con la pluma.
Su primer destino fue La Habana, su primera impresión fue la influencia norteamericana en la isla, su moneda era el dólar, con una gran cantidad de comerciantes yanquis. Cuba estaba bajo el dominio norteamericano, Ugarte puede verificar como las clases acomodadas de Cuba colaboraban con los invasores, en tanto que los humildes desconfiaban de la presencia gringa.
Realizó varias conferencias, recibió los ataques de los sectores al servicio de los intereses norteamericanos, Ugarte responde: "No hemos conquistado la libertad para renunciar a ella en favor a otros pueblos..." Se refería al intento de los Estado Unidos en reemplazar a España en su dominación de la isla caribeña.
La presencia de Manuel Ugarte en Cuba provoca el resurgimiento de sectores estudiantiles y populares que bregaban por la definitiva independencia cubana con una visión de integración Latinoamericana.
El próximo destino el México revolucionario, donde se entrevistó con el presidente Francisco Madero, pero se desilusionó por su escaso interés en rozar intereses norteamericanos.
Ugarte también tuvo inconvenientes para realizar sus conferencias en México, algunos empresarios se negaron a alquilar sus locales y teatros; el gobierno y el congreso analizaron la posibilidad de prohibir sus conferencias, presionados por los norteamericanos. Pero una movilización de los estudiantes, obligó a Manuel Ugarte a salir al balcón del hotel y pronunciar una improvisada alocución.
Un diario mexicano titulaba: "Dos gobiernos contra un sólo hombre" y comentaba en su interior: "Los Estados Unidos tienen medio de la palabra vibrante del poeta argentino Manuel Ugarte. El gobierno de México ayuda al embajador norteamericano a poner obstáculos para lograr que Ugarte no hable". En tanto un diario norteamericano informaba que la embajada argentina en México también estaba presionando para callar a Ugarte.
Finalmente luego de varias, idas y venidas, Ugarte logró dar su conferencia en un teatro, con gran cantidad de gente que no pudo ingresar por encontrase abarrotado, en su exposición volvió a denostar al imperialismo y abogar por la Unidad de América Latina.
En febrero de 1912 llegó a Guatemala donde el Ministro de Relaciones Exteriores le indicó que podía exponer sobre literatura, pero no podía realizar discursos contra los Estados Unidos, la justificación estaba dada en que se esperaba, en poco tiempo. la visita del Ministro de Relaciones Exteriores norteamericano, Philander Knox.
En razón de la prohibición de realizar sus conferencias en Guatemala se dispuso a partir rumbo a San Salvador, pero le avisan que como en ese país se encontraba de gira el Sr. Knox, no podía aceptarse su arribo. Hasta el embajador argentino hizo gestiones para que Ugarte no pudiera continuar con su gira.
Por fin pudo dirigirse a Honduras, donde sí le permiten realizar sus discursos: "...lo que he venido reclamando sin tregua, ha sido justicia para las repúblicas hermanas que se ahogan bajo la avalancha del imperialismo..."
Luego que Knox abandonó El Salvador, se permitió la visita de Manuel Ugarte, donde fue recibido por una cálida manifestación de apoyo a sus ideas, tanto estudiantes como obreros concurrieron a su exposición. Pero a poco de estar el presidente Araujo prohibió su conferencia cuyo tema era "América Latina ante el imperialismo". La juventud manifestó para que se levante la prohibición, este reclamo tiene éxito y se realiza la disertación en la Federación Obrera.

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